Investigación internacional revela que niveles más altos de ALA —el omega-3 presente en la chía— se asocian a un mejor rendimiento mental en funciones como percepción visual, razonamiento espacial y procesamiento ejecutivo.
Un estudio publicado en The Journal of Nutrition analizó a 323 adultos cognitivamente sanos, pero con alto riesgo de desarrollar Alzheimer, y descubrió que quienes tenían niveles sanguíneos más elevados de ácido alfa-linolénico (ALA) —el omega-3 vegetal presente en la chía y las nueces— mostraron una mejor trayectoria cognitiva durante tres años de seguimiento.
Los mejores resultados se observaron específicamente en funciones vinculadas a la percepción visual, el razonamiento espacial y el procesamiento ejecutivo, áreas clave para el desempeño mental cotidiano.
Hasta ahora, la mayor parte de la evidencia se había concentrado en el DHA, un omega-3 proveniente de pescados grasos. Sin embargo, este estudio destaca que los omega-3 vegetales también tendrían un rol independiente y complementario en la salud cerebral.
Los investigadores señalaron que mayores niveles de DHA y ALA en glóbulos rojos también se asociaron con un mejor desempeño cognitivo global, reforzando la importancia de una nutrición preventiva variada y sostenida en el tiempo.
El hallazgo cobra relevancia considerando que el Alzheimer puede comenzar a desarrollarse décadas antes de mostrar síntomas, lo que convierte a la nutrición preventiva en una vía prometedora para retrasar o disminuir riesgos.
“Este hallazgo es especialmente relevante porque el ALA proviene de fuentes vegetales, sustentables y fáciles de incorporar en la alimentación diaria, como las nueces o la chía. Esta evidencia refuerza el potencial del aceite de chía como fuente de omega-3 ALA en estrategias nutricionales para apoyar la salud cognitiva y visual”, señaló Carolina Chica, Gerente de Nutrición, Investigación y Desarrollo de Benexia.
Si bien los investigadores advierten que el estudio es observacional y no permite establecer causalidad, sí abre una nueva línea de interés científico: el rol preventivo del omega-3 vegetal en la salud cerebral y su potencial aporte frente a una enfermedad neurodegenerativa que sigue aumentando en el mundo.
