Ley Jacinta, inspirada en la historia de la pequeña Jacinta González, busca perfeccionar los controles médicos a conductores, duplicar la cobertura del seguro obligatorio y establecer protocolos de apoyo humano y laboral para las familias afectadas por accidentes de tránsito.
Con amplio respaldo transversal, la Ley Jacinta avanza en el Senado como una de las propuestas más significativas en materia de seguridad vial y protección a las víctimas de accidentes de tránsito. La iniciativa surge inspirada en la historia de Jacinta González, una niña que perdió la vida en un accidente evitable, y que hoy se ha transformado en un símbolo de justicia y empatía.
El proyecto busca mejorar la evaluación médica de los conductores, duplicar las coberturas económicas del seguro obligatorio (SOAP) y establecer protocolos de acompañamiento y apoyo laboral para las familias que enfrentan la pérdida de un ser querido.
La propuesta cuenta con el apoyo de senadores Ximena Rincón, Francisco Chahuán, Matías Walker, Claudia Pascual, Tomás De Rementería y José Miguel Insulza, quienes valoraron su impacto social y su aporte a una conducción más segura y moderna.
“El Senado seguirá impulsando la Ley Jacinta desde la Comisión de Transporte para lograr su pronta votación. Es un proyecto integral que fortalece la seguridad vial y asegura mayor protección, especialmente para los niños”, afirmó el senador Matías Walker.
Por su parte, el senador Tomás De Rementería destacó la dimensión humana de la iniciativa:
“Como padre, me conmueve profundamente este proyecto. La Ley Jacinta permitirá avanzar en protocolos de apoyo a las familias, establecer un fuero laboral para quienes enfrentan una pérdida y mejorar las coberturas del seguro obligatorio. Todo esto se traduce en más seguridad, empatía y acompañamiento.”
El senador José Miguel Insulza también expresó su respaldo, señalando que “quienes hemos vivido el dolor de perder un hijo sabemos lo importante que es avanzar en una legislación que acompañe y proteja. Esta ley cuenta con todo mi apoyo.”
Desde la sociedad civil, Max Schnitzer, abuelo de Jacinta y principal impulsor del proyecto, valoró la apertura del mundo político:
“Con la Ley Jacinta lograremos conductores más seguros, coberturas más amplias, pagos más rápidos por parte de las aseguradoras y una protección laboral y humana real para las víctimas y sus familias.”
La Ley Jacinta se consolida así como una propuesta de seguridad, justicia y empatía, que busca modernizar la conducción en Chile, promover vehículos con mejores estándares tecnológicos y garantizar una respuesta integral a las víctimas de accidentes de tránsito.
Su aprobación marcará un paso decisivo hacia una cultura vial más responsable, solidaria y humana.











