Cada vez más personas buscan en la dieta antiinflamatoria una forma de prevenir enfermedades crónicas y mejorar su bienestar.
La Dra. Ana Claudia Villarroel, nutrióloga y diabetóloga del Hospital Clínico Universidad de Chile, explica en qué consiste la dieta antiinflamatoria, cuáles son sus beneficios reales y por qué la dieta mediterránea sigue siendo la más respaldada por la ciencia.
La dieta antiinflamatoria se ha convertido en un tema recurrente entre quienes buscan una alimentación saludable y consciente. Su popularidad responde a la creciente evidencia de que la inflamación crónica está en la base de múltiples enfermedades modernas, como la diabetes, patologías cardiovasculares y el hígado graso.
¿Qué es la inflamación y por qué importa?
La inflamación es una respuesta natural del cuerpo frente a infecciones, golpes o agresiones externas. Sin embargo, cuando esta se mantiene de manera persistente y silenciosa en el tiempo, puede convertirse en un factor de riesgo serio para la salud.
De hecho, este tipo de inflamación está directamente relacionado con el síndrome metabólico, que incluye resistencia a la insulina, aumento del riesgo cardiovascular y mayor mortalidad asociada a enfermedades crónicas.
¿Cómo actúa la dieta antiinflamatoria?
Este modelo alimenticio propone reducir alimentos ultraprocesados, azúcares y aditivos químicos, y en su lugar potenciar productos frescos y naturales. Entre los más recomendados están:
Frutas y verduras frescas
Pescados ricos en ácidos grasos omega-3
Aceite de oliva, palta y frutos secos
Legumbres y cereales integrales
Por el contrario, bebidas azucaradas, harinas refinadas y snacks industrializados tienden a aumentar los índices inflamatorios.
¿Quiénes pueden beneficiarse?
Según la Dra. Villarroel, hay estudios que muestran mejoras en síntomas como el dolor crónico, la depresión y las enfermedades autoinmunes. Sin embargo, advierte que la evidencia científica aún es limitada:
“Existen resultados variados. No es posible recomendarla de forma generalizada, ya que los beneficios se ven principalmente cuando se analiza caso a caso”.
Por ello, en la práctica clínica suele aplicarse bajo un esquema de ensayo y error, evaluando la respuesta individual de cada paciente.
La influencia de la industria
Un aspecto crítico, según la especialista, es la creciente promoción comercial de suplementos bajo el concepto de “índice antiinflamatorio”. Muchas veces, señala, los pacientes gastan dinero sin obtener resultados reales, ya que la base de su alimentación sigue siendo poco saludable.
La dieta mediterránea: la más respaldada por la ciencia
Pese al interés que genera la dieta antiinflamatoria, la especialista subraya que el patrón alimenticio con mayor evidencia científica es la dieta mediterránea. Basada en un alto consumo de vegetales, frutas, cereales integrales, aceite de oliva, pescado y frutos secos, este modelo no solo reduce la inflamación, sino que también ha demostrado eficacia en la prevención de diabetes, enfermedades cardiovasculares y otras patologías crónicas.
En conclusión, la dieta antiinflamatoria puede ser útil en determinados contextos, pero la dieta mediterránea sigue siendo la mejor aliada para una salud integral y respaldada por décadas de investigación científica.
