El acceso a herramientas digitales fortalece el bienestar emocional, cognitivo y social, promoviendo un envejecimiento activo, seguro y conectado para las personas mayores.
En un contexto de acelerada digitalización, el uso de la tecnología en personas mayores se ha convertido en una herramienta fundamental para mejorar su calidad de vida, fortalecer la autonomía y promover un envejecimiento activo. La integración digital ofrece beneficios concretos en los ámbitos social, emocional, cognitivo y físico, permitiendo una vejez más independiente, segura y participativa.
Uno de los principales aportes de la tecnología es el fortalecimiento de la comunicación y los vínculos sociales. Según explica Maira Sáez, terapeuta ocupacional de las residencias Senior Suites, el uso de videollamadas, mensajería instantánea y redes sociales permite a las personas mayores mantenerse en contacto con familiares y amistades, reduciendo el aislamiento y la sensación de soledad.
La incorporación de dispositivos digitales también cumple un rol relevante en la estimulación cognitiva. El uso de aplicaciones, juegos y plataformas interactivas favorece funciones como la memoria, la atención y el aprendizaje continuo. “Estas experiencias refuerzan la autoestima, el sentimiento de logro y ayudan a mantener la mente activa, contribuyendo a la prevención del deterioro cognitivo”, señala la especialista.
Autonomía, seguridad y organización de la vida diaria
Además de sus beneficios emocionales y cognitivos, la tecnología facilita la autonomía en la vida cotidiana. Herramientas como alarmas, calendarios digitales, recordatorios y aplicaciones de salud permiten organizar rutinas, gestionar citas médicas y acceder de forma independiente a actividades recreativas como música, lectura, videos o juegos.
Otro aspecto clave es el aumento de la seguridad y tranquilidad. El uso de dispositivos de alerta, sistemas de geolocalización y canales de comunicación directa posibilita solicitar ayuda de manera rápida, disminuyendo la dependencia y fortaleciendo la confianza tanto de las personas mayores como de sus familias.
En una sociedad donde gran parte de los trámites y servicios son digitales, el acceso a la tecnología resulta esencial para que las personas mayores se mantengan informadas, activas y conectadas con su entorno. La inclusión digital no solo facilita su participación en el mundo actual, sino que también refuerza su sentido de pertenencia, dignidad y participación social.
