Salud digestiva, especialistas advierten que la sobrecarga de comidas y alcohol, puede provocar gastritis, reflujo y distensión abdominal.
Las Fiestas Patrias en Chile son sinónimo de celebración, encuentros familiares y mesas repletas de empanadas, carnes y brindis. Sin embargo, ese mismo exceso de alimentos y bebidas puede convertirse en un desafío serio para la salud digestiva. Comer a deshora, abusar de las frituras, prolongar los festejos y sumar copas de más genera un impacto real en el organismo, muchas veces ignorado en medio del ambiente festivo.
La doctora Priscila Cepeda, especialista en Medicina Interna de Tarapacá Interclínica, advierte que los excesos típicos del 18 crean un escenario de alto riesgo para el sistema gastrointestinal. “En estas celebraciones solemos comer en exceso, con alimentos muy grasos, sumado al consumo de alcohol y tabaco. Todo ello irrita el sistema digestivo y puede complicar cuadros de gastritis o hígado graso”, explica.
Además, subraya que no se trata de privarse de la celebración, sino de mantener el equilibrio: “Comer porciones más pequeñas, evitar repetir demasiado los platos y alternar las comidas con agua ayuda a que el estómago tolere mejor la abundancia típica de estas jornadas”.
El gastroenterólogo Gonzalo Vizueta, de San José Interclínica, recuerda que los problemas digestivos no aparecen solo en septiembre, sino que son la suma de malos hábitos durante el año. “Las dietas con ultraprocesados, grasas y azúcares hacen que el organismo llegue más vulnerable a estas fechas. Cuando sumamos los excesos del 18, los síntomas digestivos se intensifican”, advierte.
Entre sus recomendaciones, destacan moderar las porciones, preferir alimentos frescos como ensaladas, evitar frituras y mantenerse hidratado. También aconseja equilibrar el consumo de carnes rojas con carnes blancas en los días posteriores y aprovechar el fin de semana largo para realizar caminatas de 20 a 30 minutos, lo que favorece la motilidad intestinal.
Estos simples hábitos ayudan a prevenir problemas frecuentes como indigestión, gastritis y distensión abdominal.
Pero no todo pasa por la comida. El estrés asociado a la organización de celebraciones, gastos extra, múltiples actividades sociales y falta de descanso también impacta en el sistema digestivo.
“El estrés altera la motilidad intestinal, la flora digestiva y aumenta la producción de jugos gástricos. Esto puede detonar cuadros como colon irritable, gastritis nerviosa, diarreas o estreñimiento. Muchas veces creemos que el malestar solo se debe a lo que comimos, pero también está profundamente relacionado con nuestro estado emocional”, explica el doctor Vizueta.
La doctora Cepeda coincide y agrega que incluso instancias de disfrute pueden transformarse en un riesgo si no se viven con moderación. “Es comprensible relajarse atendiendo a la ocasión, pero no olvidemos hacerlo de manera consciente: comer, beber y gastar responsablemente, respetando siempre el sentido de compartir y pasarlo bien”, concluye.
