
El martes realizó la primera plantación del Biocementerio en Recoleta, un proyecto pionero en Latinoamérica.
Gracias al trabajo conjunto del Cementerio General, la Municipalidad de Recoleta, CONAF y otras instituciones, este nuevo servicio permitirá a las familias enterrar los restos de sus seres queridos bajo un árbol, formando así un parque de la memoria, donde la naturaleza y la memoria se entrelazan.
En esta primera etapa se entregaron 80 árboles nativos, entre ellos quillayes, lingues y canelos. Posteriormente, con el servicio en marcha, cada árbol será plantado en un ánfora biosustentable impresa en 3D, donde las cenizas, mezcladas con sustratos orgánicos, se transforman en un legado vivo que conecta a las familias con la tierra y la vida que renace.
La ceremonia, realizada cerca del crematorio, reunió a autoridades y representantes de distintos organismos: la seremi de Agricultura, Montserrat Candia; María Eugenia Puelma, consejera regional; Jean Ángeles Adasme Núñez, encargada de la Unidad Regional Metropolitana de Subdere; y el director regional de Sence, Alejandro Fernández, junto a representantes de CONAF y autoridades municipales y regionales, como el alcalde de Recoleta, Fares Jadue Leiva.
La seremi de Agricultura, Montserrat Candia, destacó que “este Biocementerio es un acto de reconciliación con la tierra y nos invita a mirar la muerte no como un final, sino como una oportunidad para regenerar vida”.
Por su parte, el alcalde de Recoleta, Fares Jadue Leiva, agregó que “en Chile, muchas familias no pueden costear una sepultura permanente y los restos de sus seres queridos terminan en hueseras comunes tras algunos años. Con el BioCementerio queremos cambiar eso: transformar la memoria en vida, con árboles que purifican el aire y fortalecen nuestros ecosistemas. La muerte deja de ser un final doloroso y se convierte en un puente entre la memoria humana y la resiliencia de la naturaleza”.
Más que un cementerio ecológico, el BioCementerio será un pulmón verde en el corazón de la ciudad. Al mismo tiempo, ofrecerá servicios funerarios inclusivos y educativos, estableciendo un nuevo paradigma en Chile y Latinoamérica, donde despedir a un ser querido se transforma en un acto de amor, memoria y esperanza que perdura en la vida y en la naturaleza.







