
Este 12 de abril se conmemora el Día Internacional de los Niños y Niñas en Situación de Calle, una fecha que busca visibilizar a quienes viven sin hogar ni protección. En el Biobío, esta realidad se ha agravado tras el cierre de Suyai, el único programa especializado en esta población vulnerable.
Sin cifras actualizadas ni intervención vigente
El último conteo oficial de niñez en situación de calle fue en 2018. Entonces, se registraron 547 niñas, niños y adolescentes en el país, 59 de ellos en la región del Biobío. Desde entonces, no se han publicado nuevos datos.
Además, desde abril de 2024, la región no cuenta con ningún programa especializado en la atención de esta problemática. Suyai, ejecutado por la Corporación CATIM, fue cerrado luego de una década de trabajo directo en terreno.
Una década de atención interrumpida
Suyai entregó acompañamiento integral en 12 comunas del Biobío, abordando salud, educación, vínculos y redes de apoyo. “No era solo rescatar de la calle, sino construir proyectos de vida”, señala Sandra Castro, gerenta de CATIM.
Su cierre dejó a decenas de jóvenes sin contención y a profesionales sin continuidad laboral. “No se pueden interrumpir procesos tan delicados sin consecuencias humanas”, advierte Óscar Vidal, director del Área de Inclusión Social de CATIM.
Voces desde la experiencia
Una joven de 20 años, exintegrante del programa, relata: “Vivía en la calle y no confiaba en nadie. Suyai me acompañó sin juzgarme. Que lo hayan cerrado es como decir que ya no importamos”.
La calle no es una opción
El estigma social sigue siendo una barrera. Se tiende a asociar a estos jóvenes con delincuencia, pero la verdad es otra: abandono, violencia y falta de oportunidades los empujan a esa situación.
La ausencia de políticas públicas, sumada a la falta de datos actualizados, impide generar soluciones efectivas. La última cifra disponible, de 2018, ya está obsoleta. La Defensoría de la Niñez ha advertido un aumento del 35,8% en ingresos a programas de protección entre 2018 y 2020, señal clara del deterioro de la situación.
Una problemática invisibilizada
Hoy no existe una política concreta que reemplace el trabajo que realizaba Suyai. La niñez en situación de calle en Biobío permanece invisibilizada, sin intervención directa ni cifras que reflejen su realidad actual.
Para avanzar, se requiere voluntad política, inversión sostenida y decisiones urgentes. Como señala CATIM, “la calle nunca será una opción; es el fracaso del sistema en proteger a su infancia”.