El primer “Índice de Valoración Social de la Educación Parvularia” revela una alta percepción positiva hacia la educación inicial, pero también identifica barreras de acceso vinculadas a falta de cupos, costos, horarios incompatibles y dificultades de transporte.
5 de diciembre de 2025.– El Índice de Valoración Social de la Educación Parvularia, la primera medición nacional sobre la opinión ciudadana respecto de este nivel educativo, confirmó que 8 de cada 10 chilenos considera que la educación inicial es fundamental para el desarrollo infantil y para el futuro desempeño escolar.
El estudio —realizado por Educación Inicial 2030, Elige Educar, el CIAE de la Universidad de Chile, con apoyo de Fundación Arcor Chile y datos levantados por NielsenIQ— encuestó a 1.110 personas con y sin hijos. La medición revela una alta valoración hacia la educación parvularia, pero también una serie de barreras que influyen en la decisión de matrícula, como percepción de falta de cupos, altos costos, incompatibilidad de horarios y dificultades de transporte.
Alta valoración, pero con brechas persistentes
Según los resultados, un 84% cree que la educación inicial mejora el rendimiento escolar posterior y un 83% considera clave la asistencia de niños mayores de 2 años.
“Esta información es fundamental para orientar políticas públicas más equitativas desde la primera infancia. La educación parvularia de calidad es una inversión invaluable porque en los primeros años se forman las bases del aprendizaje y del desarrollo cerebral”, señala José Manuel Jaramillo, de Educación Inicial 2030.
Calidad bien evaluada, pero reconocimiento laboral insuficiente
La dimensión mejor evaluada del índice es la calidad del sistema, que alcanza 84 puntos. La ciudadanía destaca el compromiso y preparación de las educadoras de párvulos, aunque persiste una brecha entre su valoración y su reconocimiento laboral.
“Un 58% considera que las remuneraciones son inadecuadas y un 45% cree que su labor no recibe el prestigio que merece”, advierte Juan Pablo Valenzuela, director del CIAE.
Barreras culturales y estructurales en el acceso
Pese a la positiva valoración, el estudio muestra que 6 de cada 10 personas prefieren que los niños permanezcan en el hogar antes que asistir a un centro educativo, especialmente cuando se trata de menores de 2 años.
Si bien un 96% considera clave la asistencia de niños entre 5 y 6 años, solo un 46% respalda la asistencia entre 0 y 2 años. La cifra supera ampliamente el 18,5% de menores de 2 años que actualmente asiste a sala cuna, según datos de la Subsecretaría de Educación Parvularia (2024), lo que evidencia una resistencia cultural a la participación temprana.
Entre las principales preocupaciones están la salud y la infraestructura:
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61% teme contagios de enfermedades.
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55% considera que la infraestructura no es adecuada o segura.
A esto se suman barreras estructurales percibidas por las familias: falta de cupos, costos, incompatibilidad horaria con la jornada laboral y problemas de transporte.
“Este índice refuerza la urgencia de derribar las barreras culturales y sociales que aún impiden el acceso a experiencias educativas tempranas de calidad”, enfatiza María Laura Berner, directora ejecutiva de Fundación Arcor Chile.
Percepción de desigualdad en el acceso
El acceso a una educación inicial de calidad también se percibe como desigual según:
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Ruralidad (46%)
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Nivel socioeconómico (41%)
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Necesidades educativas especiales (41%)
“Si bien la ciudadanía valora profundamente la educación inicial, este reconocimiento convive con percepciones de inequidad y aprensiones individuales, especialmente en los primeros años de vida. Acompañar a las familias, fortalecer su vínculo con los centros educativos y sensibilizar a la comunidad es clave para avanzar hacia una mayor cobertura”, concluye Consuelo del Canto, directora de Investigación de Elige Educar.








