El proyecto chileno ORGANIK invita a vivir una experiencia sensorial única donde música, artes escénicas y proyecciones audiovisuales se fusionan en un concierto inmersivo que se presentará el 28 de enero en Santiago
La Danza del Sonido, el nuevo concierto experiencial del proyecto chileno ORGANIK, llegará el miércoles 28 de enero a las 19:30 horas a la Sala SCD Plaza Egaña, con una propuesta que integra música en vivo, artes escénicas y visuales, invitando al público a sumergirse en un viaje sensorial hacia el origen y la esencia del sonido.
Concebido como una experiencia de artes integradas, el espectáculo propone una forma distinta de habitar la música: no solo escucharla, sino sentirla en el cuerpo, en la emoción y en la vibración compartida. A través de paisajes sonoros, proyecciones audiovisuales e intervenciones escénicas, ORGANIK construye un espacio donde el sonido se transforma en presencia viva y colectiva.
Un viaje hacia el origen del sonido
La propuesta parte de una reflexión profunda: el sonido como vibración primordial, anterior a la palabra y al pensamiento. Desde esa idea, La Danza del Sonido invita a cambiar la forma habitual de escuchar y a abrirse a una experiencia donde el sonido se habita, se atraviesa y se danza.
El concierto se estructura como un recorrido escénico en distintos actos, diseñados para estimular diversas formas de percepción. Cada escena propone un tránsito: desde una apertura que prepara la escucha, hasta un momento de exploración sonora y visual, culminando en un espacio donde la emoción y la vibración se vuelven protagonistas.
Con presentaciones en escenarios de alto impacto como Lollapalooza Chile y el Festival de Músicas del Mundo, ORGANIK se ha consolidado como una propuesta singular dentro del cruce entre música y artes escénicas. Su sello distintivo es la integración orgánica de múltiples lenguajes artísticos y una búsqueda constante de conexión auténtica con el público.
El proyecto reúne una amplia paleta sonora que incluye flautas del mundo, vientos, percusiones ancestrales y contemporáneas, piano, guitarras, bajo y voces, creando una arquitectura musical que transita desde lo tribal hasta lo contemporáneo, desde lo contemplativo hasta lo expansivo. En el centro de la experiencia aparece el handpan, instrumento de resonancia envolvente que invita a una escucha profunda y expansiva.
Arte como experiencia colectiva
Más allá de lo musical, ORGANIK se sustenta en la convicción de que el arte puede tocar dimensiones esenciales del ser humano. Así lo explica su creador y director, Juan Pastor Palacios:
“El arte nos permite comunicarnos con espacios sutiles y profundos de cada uno. Cuando la música, el cuerpo, la imagen y el espacio se integran, se abre la posibilidad de una experiencia colectiva donde las personas pueden sentirse parte de algo mayor”, señala.
Esta visión se conecta con el recorrido creativo de Palacios en obras que integran música, danza, teatro físico y circo, consolidando una propuesta escénica viva, orgánica y en permanente diálogo con quienes la experimentan.
Un concierto que redefine la experiencia del público
La presentación en Sala SCD Plaza Egaña desafía las convenciones del concierto tradicional, proponiendo un espacio donde el espectador deja de ser un observador pasivo y se convierte en parte activa del viaje sonoro. El objetivo es generar un lugar de encuentro, donde la escucha compartida funcione como un puente entre lo individual y lo colectivo.
“Este concierto es un experimento de lenguaje sonoro basado en la conexión humana, el amor y la búsqueda de nuevas formas de expresión musical. Es una invitación a sumergirse, sentir y reflexionar sobre la relación entre el arte y el ser humano”, concluye Juan Pastor Palacios.
