Estudio regional de la Fundación Friedrich Ebert Stiftung (FES) revela que, aunque la mayoría de los jóvenes en Chile considera que la democracia es la mejor forma de gobierno, persiste una profunda desconfianza hacia las instituciones públicas y políticas.
Siete de cada diez jóvenes entre 15 y 35 años en Chile afirman que la democracia es la mejor forma de gobierno, pero solo uno de cada cuatro está conforme con su funcionamiento. Así lo muestra el estudio “Lo que piensan y sienten las juventudes chilenas: Democracia, política y participación”, realizado por la Fundación Friedrich Ebert Stiftung (FES) en el marco de su investigación regional “Juventudes: Asignatura Pendiente”, que abarcó 14 países de América Latina y el Caribe.
Según explica Christian Sánchez, director de proyecto de la FES en Chile, esta aparente contradicción refleja una tensión entre la valoración del ideal democrático y la desconfianza hacia las instituciones que lo representan.
“El sistema democrático muestra hoy una baja capacidad de responder a las necesidades materiales de las personas jóvenes y de generar confianza en las instituciones públicas y políticas”, señala.
Desafección política y precariedad social
El estudio —basado en una encuesta aplicada por YouGov entre enero y febrero de 2024 a 2.002 jóvenes en Chile— revela que el 46% de quienes tienen entre 18 y 35 años no cuenta con trabajo, y uno de cada cuatro no tiene cobertura en salud. Esta situación, sumada a la falta de confianza institucional, genera desafección política y sensación de incertidumbre.
Las principales demandas de las juventudes se concentran en bienestar social (47%), empleo y economía (47%), seguridad (37%) y vivienda digna (31%). Aunque la mayoría se declara satisfecha con su vida familiar (72%) y personal (58%), esa satisfacción disminuye al evaluar su situación económica (solo 34% satisfecho) y la del país (44%).
Democracia sí, pero con cambios
El estudio muestra que 51% de los jóvenes apoya una democracia sin partidos políticos y 66% respalda la idea de un líder fuerte, lo que indica desencanto con el sistema, aunque no necesariamente con el ideal democrático. Un dato preocupante: casi la mitad considera que un gobierno militar podría ser una alternativa válida en tiempos de crisis, y tres de cada diez se muestran indiferentes frente al tipo de régimen bajo el que viven.
“El reto es reconectar a la juventud con la democracia, no solo como valor, sino como experiencia tangible. Sin políticas que fortalezcan la confianza y promuevan su participación, seguiremos enfrentando un déficit de legitimidad y representación”, advierte Danitza Badilla, integrante de la Red regional ManiFEState.
Una generación crítica y diversa
El estudio revela que las juventudes chilenas se reconocen como más liberales en lo valórico y redistributivas en lo económico, aunque valoran la gestión privada por sobre la estatal. Además, el 62% no se identifica con ningún partido político, especialmente los jóvenes desempleados y de sectores populares.
FES concluye que repensar la democracia desde una mirada generacional es clave para su sostenibilidad:
“Más que ser escuchadas, las juventudes deben ser reconocidas como actoras de cambio”, plantea el informe.
Los informes nacionales y regionales, junto con visualizadores interactivos, están disponibles en: www.juventudesFES.org
