
La reconocida bailaora chilena presenta un montaje que une danza, teatro y música para rescatar la memoria y espiritualidad femenina de los pueblos originarios.
La destacada bailaora y creadora escénica Natalia García Huidobro estrena su nueva obra “Fueguinas”, una propuesta que combina danza, teatro y música para rendir homenaje al mundo femenino de los pueblos selknam y mapuche. Inspirada en la voz de Lola Kiepja, última mujer selknam conocida, y en los cantos de la Premio Nacional de Música Elisa Avendaño Curaqueo, la pieza invita a una reflexión profunda sobre identidad, memoria y resistencia.
Con coreodramaturgia de Pablo Zamorano y dramaturgia de Isidora Stevenson, el montaje reúne en escena a las intérpretes Marcela Millie, Noelia Coñuenao, Gabriela Arancibia, Ely Ocaña, Elisa Avendaño Curaqueo y la propia García Huidobro. Todas ellas dan vida a una ceremonia escénica que honra la cosmovisión femenina de los pueblos originarios y cuestiona la ausencia de las mujeres en los relatos históricos de Chile.
“Fueguinas nace de la investigación sobre los pueblos originarios, de las mujeres y su invisibilización en la historia. No busca representar, sino activar una memoria viva: reconocer las voces que aún habitan los territorios y reflexionar sobre el lugar que ocupamos en esa continuidad”, explica Natalia García Huidobro.
El montaje —que se estrenará el jueves 13 de noviembre en la Sala A2 del GAM— cuenta con financiamiento del Fondo de las Artes Escénicas 2025 del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio. Según su directora, se trata de “una experiencia visual, sonora y ceremonial que atraviesa distintos lenguajes escénicos para construir un gran ejercicio de imaginación y reflexión”.
La propuesta incorpora diseño integral de Cristián Reyes, diseño sonoro de Gonzalo Rodríguez y Francisco Infante, y vestuario de Daniel Bagnara. A través de estos elementos, “Fueguinas” genera una atmósfera ritual que integra espiritualidad, saberes ancestrales y lenguajes contemporáneos, abriendo espacio para el diálogo sobre respeto, reciprocidad e interdependencia entre las personas y la Madre Tierra.
“La memoria no pertenece sólo al pasado. Habla de las comunidades y de las mujeres que siguen presentes, de los saberes que nos sostienen y del vínculo que hemos perdido con la tierra. Recuperar esos orígenes es fundamental para sanar la historia de Chile”, concluye García Huidobro.







