El Pulso Agroclimático de octubre advierte que el adelanto en el desarrollo de los cultivos, producto de la acumulación de frío y el aumento de las temperaturas, podría favorecer la aparición de enfermedades fúngicas, como el tizón tardío en la papa.
El Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) publicó su Pulso Agroclimático de octubre, destacando un adelanto en el crecimiento de los cultivos en gran parte del país, especialmente entre Coquimbo y Los Lagos. Sin embargo, este fenómeno —impulsado por la combinación de altas temperaturas y frío acumulado temprano— podría generar condiciones propicias para la aparición de enfermedades fungosas que afecten la producción.
El investigador Raúl Orrego, encargado del boletín, explicó que “las altas temperaturas y la acumulación de frío muy temprano favorecieron que entre Coquimbo y Los Lagos las etapas fenológicas estén adelantadas respecto de sus históricos. Sin embargo, ambos factores, sumados a lluvias esporádicas propias de la primavera, se asocian a un alto riesgo de enfermedades, en especial las fúngicas. De hecho, los modelos de INIA (https://tizon.inia.cl) indican una alta presión para la aparición del tizón tardío en la papa”.
En cuanto al déficit hídrico, los informes macrozonales reflejan una escasez significativa de agua y nieve acumulada, aunque sin impacto inmediato sobre la actividad agrícola primaveral. “Es importante observar qué ocurre en las próximas semanas, ya que se están produciendo eventos de precipitaciones breves que podrían mantener la actividad pese al déficit generalizado”, detalló Orrego.
Por su parte, en la macrozona Austral, el informe indica una mejoría del déficit hídrico gracias a recientes precipitaciones intensas, aunque estas mismas lluvias han retrasado el inicio de las labores agrícolas y generado efectos en la ganadería local.
El boletín mensual del INIA busca orientar a los productores agrícolas y autoridades del sector respecto de las condiciones agroclimáticas que inciden directamente en la sanidad y productividad de los cultivos, permitiendo tomar medidas preventivas ante escenarios de riesgo, como la propagación de hongos durante la temporada primavera-verano.
