Un estudio del Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Andrés Bello muestra que quienes se declaran de centro son liberales en lo valórico.
En plena campaña presidencial, una encuesta del Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Andrés Bello (IPP-UNAB) reveló las características del votante de centro en Chile, en un escenario donde seis de cada diez personas aseguran no sentirse representadas por ningún partido político.
Según el estudio, un 61% de los consultados se declara poco o nada identificado con los partidos, cifra que se eleva a 67,2% entre quienes se perciben de centro. En contraste, la adhesión partidaria crece entre quienes se vinculan con la derecha (68,4%) y la izquierda (63,2%). Además, un 57% considera que las élites políticas y económicas han dejado de representar al ciudadano común.
El sondeo también muestra que el votante de centro se distingue por escuchar argumentos de distintas posturas antes de decidir su voto (70,7%) y por desconfiar de los extremos ideológicos (70,2%). Asimismo, un 47% cree que la política funciona mejor cuando todos ceden algo, confirmando su inclinación al diálogo y a los acuerdos.
En cuanto a las políticas públicas, el centro combina pragmatismo económico y apertura valórica. Un 37,4% sostiene que el Estado debe apoyar en casos extremos, pero priorizando el esfuerzo individual, mientras que un 46,2% respalda gratuidad en la educación superior solo para quienes no puedan pagar. En lo valórico, un 44% apoya el aborto en las tres causales vigentes y un 38,9% el aborto libre con plazos o condiciones.
El tema de la seguridad destaca como prioritario. Un 69,1% de los votantes de centro cree que en contextos de amenaza deben prevalecer el orden y la autoridad. Además, un 50,2% respalda la participación acotada y coordinada de las Fuerzas Armadas frente al aumento de la violencia. Respecto a la pena de muerte, un 41,8% apoyaría su reimplementación en los crímenes más graves y un 33,8% en casos extremos con altos estándares judiciales.
El posicionamiento ideológico ubica al votante de centro con una visión liberal-progresista en lo valórico (2,4 sobre 4), inclinación hacia un rol estatal en la economía (2,3) y fuerte valoración del orden y la seguridad (3,0). En todos los casos, se mantiene una marcada preferencia por el diálogo y la búsqueda de acuerdos (3,3).
Al presentar los resultados, Gonzalo Valdés, subdirector del IPP-UNAB, afirmó que “los votantes de centro muestran hoy una fuerte desvinculación con las instituciones político-representativas, lo que los deja huérfanos de candidatos. La proliferación de partidos de centro, en vez de consolidar un bloque de acuerdos, parece haber generado aún más distancia con sus electores”.
Por su parte, la investigadora del IPP-UNAB, Sandra Bravo, sostuvo que “el centro político no es un punto estático ni un simple arbitraje entre bloques. Se mueve según el contexto, respalda avances normativos en lo valórico y exige orden con control democrático. Sus preferencias demandan una agenda clara y programática, que trascienda los acuerdos mínimos”.
El trabajo de campo se realizó entre el 4 y el 17 de agosto con una muestra nacional de 2.810 personas, a través de encuestas autoadministradas en panel online, con un margen de error de 6,74%.
