Desde conocidos rostros de la televisión chilena, como Josefina Montané, hasta ciudadanos comunes, han sido descubiertos llevándose estos cálices de los clubes que visitan. Ante esta realidad, el propietario de Malva Loca decidió proteger los objetos con sistemas de alarma.
Uno de los mayores atractivos a la hora de compartir una cerveza en un bar, es el vaso donde la sirven. Así lo demuestran las singulares determinaciones que los dueños de diferentes clubes y restaurantes alrededor del mundo, han establecido para cuidar lo suyo. Ejemplo de ello, es lo que ocurrió en Bruges Beerwall, un club en Bélgica donde los clientes deben dejar un zapato como garantía.
En Chile, la situación no se aleja demasiado, pues recientemente el propietario de un conocido bar de Santiago, optó por instalar alarmas de seguridad en sus cálices. Renzo Tissinetti, chef con estrella Michelín que es dueño del gastrobar Malva Loca (ubicado en la comuna de Vitacura), mencionó en sus redes sociales que la particular medida es para conservar sus vasos, pero también para capturar la atención de quienes visitan el lugar.
El diseño, sus detalles, el exclusivo cristal, y la marca son los elementos que al parecer definen lo deseado de los cálices. Esto, sumado al ingenio de la gente que aparece en los contextos de reuniones y juntas con amigos, hacen que su desaparición sea muy habitual.
Digno de tomar prestado
La ocurrencia de llevarse los cálices viene desde hace varios años, las personas lo ven como un objeto de deseo o un “premio” luego de beber la cerveza. La mayoría de las veces esta realidad no se vincula con la intención de robar o hacer un daño a los propietarios del local, sino que surge desde la aspiración de coleccionar y poder disfrutar una cerveza en casa en ciertas ocasiones.
Abrir la vitrina de la casa y tener a disposición todo un repertorio de cálices para usar con amigos y cercanos, es una satisfacción compartida. Es por eso, que la marca de Cervecería AB InBev, Stella Artois, entendió esta complicidad entre los que “toman prestado” los vasos, y se inclinó por la increíble medida de proveer a algunos locatarios de los bares que pasan por esta situación, con un centenar de cálices, para que las personas puedan disfrutarlos.
Desde la marca, aseguran que tienen sorpresas para aquellos que realizan esta práctica que, en la actualidad, es sinónimo de tendencia.