Así lo reveló una investigación conjunta de académicas y académicos de la Universidad Diego Portales, U. de Glasgow y Católica Del Maule.
¿Todos los vegetarianos tienen un menor riesgo cardiovascular? Esa es la pregunta que un equipo de investigación se planteó para elaborar, con los datos de 391 mil participantes del Biobanco de Reino Unido, un artículo que midió los riesgos cardiovasculares que tienen las personas según su tipo de dieta.
En concreto, el estudio tuvo como objetivo comparar el riesgo cardiovascular asociado a las dietas vegetarianas que cumplen con las pautas de salud existentes con las que no lo hacen, así como las dietas que incluyen todo tipo de carnes.
El artículo, publicado por la revista estadounidense Clinical Nutrition, fue liderado por la académica de la Facultad de Medicina UDP, Fanny Petermann-Rocha, en conjunto con los investigadores de la Universidad de Glasgow, Jill Pell y Frederick Ho, y el académico de la U. Católica del Maule (y de la U. de Glasgow), Carlos Celis.
Para llevar a cabo el estudio, explica la académica Petermann-Rocha, los investigadores definieron como “vegetarianos (u ovo-lacto-vegetarianos) a aquellas personas que consumían huevos y lácteos pero no otros productos animales, como pollo, pescado o carnes rojas. Luego, entre los vegetarianos, se realizó una subdivisión entre más y menos saludables en relación con el cumplimiento de seis patrones de dieta acorde a su cumplimiento en relación con las guías alimentarias de Reino Unido y a nivel internacional”.
Los resultados revelaron que, tras un seguimiento de 10 años, las personas que siguieron una dieta vegetariana más saludable tenían 18% menos riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares que los consumidores de carne categorizados como menos saludable. Las personas clasificadas como “carnívoras”, pero saludables, también presentaron un 5% de riesgo menor. No obstante, los vegetarianos clasificados como no saludables no presentaron un efecto protector.
“Nuestros hallazgos corroboran la hipótesis de que los vegetarianos no son homogéneos y que una dieta vegetariana no es necesariamente sinónimo de una dieta saludable. En la misma línea, los consumidores de carne más saludables también tenían un riesgo menor que sus pares no saludables”, complementa la académica, también docente del Centro de Investigación Biomédica UDP.
La investigadora añade que, los resultados “sugieren que los tipos de alimentos que consumen las personas contribuyen al aumento del riesgo cardiovascular más que solo comer carne. En este contexto, los participantes con patrones dietéticos menos saludables no obtuvieron ningún beneficio cardiovascular adicional, independientemente de si eran vegetarianos o carnívoros. Esto corrobora la relevancia de investigar los estilos de vida de los individuos, cuyos beneficios pueden ir más allá de la simple etiqueta de comer o no comer carne”.
El artículo se encuentra disponible en la plataforma de ScienceDirect.