Diciembre, el mes en que el calor pone a prueba la batería del auto

Existe una creencia muy extendida entre los conductores: que las baterías de los autos fallan principalmente en invierno. Sin embargo, la experiencia técnica y los datos muestran una realidad distinta. En Chile, diciembre se ha transformado en uno de los meses más críticos para la vida útil de las baterías, debido a las altas temperaturas y a la cercanía de los viajes largos por vacaciones.

El calor extremo tiene un impacto directo en el funcionamiento de la batería. En condiciones templadas, una batería puede durar en promedio cerca de 51 meses, pero cuando se expone de forma prolongada a altas temperaturas, su vida útil puede reducirse a apenas 30 meses. Es decir, el calor puede acortar su duración en casi dos años.

¿Por qué ocurre esto? La batería funciona a través de una reacción electroquímica dentro de un electrolito. Cuando el calor ambiental es elevado especialmente bajo el capó del vehículo en verano esta reacción se acelera. El resultado es una evaporación más rápida del agua del electrolito y una mayor sulfatación y corrosión de las placas internas de plomo. En términos simples, el calor “cocina” la batería desde adentro, debilitando su capacidad para retener y entregar carga, justo cuando más se necesita: antes de un viaje largo.

Por eso diciembre suele ser un mes complejo. Muchas fallas que se manifiestan en carretera no aparecen de un día para otro, sino que son el resultado de un desgaste acumulado que el calor termina de acelerar. Frente a esto, la mantención preventiva es clave.

Hay tres aspectos básicos que todo conductor debería revisar. El primero es la limpieza de los bornes. Aunque parezca un detalle menor, la presencia de corrosión blanca o azul impide una correcta conexión eléctrica. Una limpieza simple con agua y bicarbonato puede marcar una gran diferencia.

El segundo punto es el ajuste y la fijación de la batería. Una batería mal sujeta sufre vibraciones constantes, especialmente en carreteras irregulares, lo que daña internamente sus placas y acelera su deterioro.

Y el tercer aspecto, muchas veces olvidado, es verificar el sistema de carga. Un alternador que sobrecarga la batería puede ser tan dañino como el calor mismo. El voltaje de carga debe mantenerse dentro de rangos adecuados, generalmente entre 13,8 y 14,5 volts.

Respecto al recambio, mi recomendación es clara: después del segundo año de uso, la batería debería revisarse de forma exhaustiva al menos una vez al año, midiendo su voltaje y capacidad real. Esperar a que falle por completo suele significar quedar detenido en el peor momento. Si la batería tiene más de tres años y el vehículo tarda más de lo normal en encender, lo más prudente es reemplazarla.

Finalmente, si se está planificando un viaje para Navidad, Año Nuevo o vacaciones de verano, lo ideal es revisar la batería con al menos una semana de anticipación. Esto permite diagnosticar con calma y evitar decisiones apresuradas, costosas y estresantes a última hora.

En verano, el calor no solo afecta a las personas. También pone a prueba a uno de los componentes más sensibles del auto. Anticiparse es la mejor forma de viajar con tranquilidad.

Por Sebastián Cruzat, Product Manager de Autoplanet

Isabel Chandía

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