La psicóloga experta en temas vocacionales de la U. Finis Terrae, María José Bunster, aclara que “si bien no se ‘juega la vida’ al elegir carrera en cuarto medio, ciertamente produce alegría y da una sensación de propósito haber elegido bien y sentir que está bien encaminado en la vida”.
En los últimos meses de cuarto medio es usual que los jóvenes escuchen de forma reiterativa de sus familiares, amigos o conocidos preguntas como: ¿y qué vas a estudiar? ¿ya decidiste tu carrera? ¿estás seguro que esa profesión es para ti? y tantas otras interrogantes que muchas veces resultan agobiantes para los estudiantes que en pocas semanas más deben rendir un examen para medir sus conocimientos y tomar la decisión de su futuro educativo en la educación superior.
En esta etapa es frecuente encontrar jóvenes desmotivados, que no logran conectar con su pasión, inseguros de sus talentos y habilidades y confundidos, sin saber cuál es el rumbo a seguir. A esto se suma la angustia de sentir que el tiempo para decidir se va acabando, lo que puede llevar a sentirse muy bloqueado con el tema.
Por esto es necesario que el proceso de elección de estudios superiores sea tomado con calma y seguridad en los intereses personales de cada uno y no dejarse influenciar por las apreciaciones de terceros y las modas.
“Si quieres tomar las riendas de tu vida, tomando decisiones con seguridad y conectándote con un fuerte sentido de propósito, es importante considerar varios factores al elegir una carrera profesional”, afirma María José Bunster, psicóloga y docente de la Universidad Finis Terrae.
La psicóloga experta en temas vocacionales de la U. Finis Terrae aquí entrega cinco consejos prácticos para considerar a la hora de elegir una carrera profesional:
Identifica tus habilidades e intereses: “Es fundamental tomar conciencia de qué cosas haces bien. Habilidad es sinónimo de aptitud, destreza o talento. Esto puede verse reflejado en las materias del colegio donde te va mejor, pero también es importante considerar habilidades interpersonales y socioemocionales, como saber liderar, organizar, motivar a otros, trabajar en equipo y hacer reír, entre otras. A veces estas habilidades están excluidas de la reflexión al pensar ´en qué soy bueno´, pero es clave conectar con ellas”, explica.
Por otra parte, añade, están los intereses, que son las áreas o temas que nos despiertan el “apetito intelectual” -queremos saber o conocer más- o que simplemente disfrutamos como gusto o pasatiempo. “Estos intereses pueden convertirse en un camino profesional o pueden permanecer como hobbies o actividades de recreación y ocio”, precisa.
Infórmate sobre la variedad de carreras por áreas temáticas: “La búsqueda y exploración vocacional debe estar marcada por una actitud activa. A veces los jóvenes destinan tanto tiempo a estudiar para el colegio y la PAES que no dedican tiempo a investigar sobre las carreras de su interés y en realidad es un verdadero ‘trabajo’ al que hay que meterle ‘kilometraje’”, aconseja.
“Sugiero partir eligiendo tres carreras y luego expandir la búsqueda, si es necesario. Hay que fijarse en la descripción general de la carrera, en el perfil de egreso, la malla curricular y los campos ocupacionales. Luego, tengo que reflexionar no sólo si me gustan los ramos, sino también ‘si me veo ejerciendo’”, comenta.
En este sentido, dice: “Hago la advertencia sobre encerrarse en visiones muy estereotipadas de las carreras, sobre todo en un mundo globalizado, cambiante y flexible en cuanto al trabajo. Sugiero tener un cuaderno o bitácora, donde anotar de forma ordenada conceptos e ideas que uno va recogiendo sobre las carreras, para hacer más fácil la comparación y profundizar en aquellas que sean de mi interés”.
Visita universidades y experimenta cómo es en persona: “‘Otra cosa es con guitarra’. Al postular a la educación superior, eliges carrera, pero también eliges la ‘casa de estudios’ donde estudiarás durante cinco o más años. Por eso es importante averiguar sobre el tipo de universidad, su ubicación geográfica, aranceles, acceso a becas y gratuidad, el perfil valórico y sociocultural de la universidad y, por supuesto, la acreditación institucional. No basta meterse a páginas de internet, sino que -en lo posible- visitar en terreno y captar cómo te sientes, si te sientes identificado con la institución y si te visualizas estudiando en ese lugar”, subraya.
Averigua sobre la experiencia de profesionales que ya están trabajando en la carrera de tu interés: “Para tomarle el pulso real a la carrera, conversa con personas que estén en los últimos años de la carrera o que ya estén ejerciendo. Te dará una idea mucho más realista sobre el ejercicio de la profesión y sus múltiples posibilidades”, recomienda.
Averigua sobre niveles de empleabilidad y sueldo: “Si bien el tema económico no puede ser el de mayor peso, sí es un dato de la realidad que es bueno tener en cuenta. Más que guiarse por opiniones o impresiones de otras personas, sugiero buscar información confiable en páginas web como mifuturo.cl, donde hay información actualizada entregada por las mismas universidades, sobre los porcentajes de empleabilidad al primer y segundo año de egreso y el promedio de remuneración al cuarto año de trabajo”, detalla.
De todos modos, agrega, “es importante saber que una sociedad se nutre de personas diversas, con talentos diversos y profesiones diversas, donde todos son necesarios en el tejido social. Si bien la comodidad material o la estabilidad económica no son malas en sí, no pueden ser la única motivación para estudiar una carrera. Son variables que se deben incluir en el proceso de decisión, dándoles el peso adecuado, junto con considerar las propias habilidades, intereses y estilo de personalidad”.