
Reglas claras, digitalización y acceso a financiamiento emergen como factores decisivos para reducir la brecha salarial en las pymes y fortalecer su competitividad de cara a la reactivación económica en 2026.
La brecha salarial en las pymes sigue siendo uno de los principales desafíos del sector. Un estudio reciente de Grande Pyme reveló que el sueldo promedio de los trabajadores de una micro, pequeña o mediana empresa en Chile alcanza los $841.000 mensuales, equivalente al 72% del salario promedio en una gran empresa, una diferencia que, lejos de cerrarse, se ha ampliado en los últimos años.
Si bien las remuneraciones en el sector crecieron un 57% entre 2019 y 2024, los datos reflejan problemas estructurales persistentes: menor productividad, acceso limitado a financiamiento y dificultades para competir en igualdad de condiciones con empresas de mayor tamaño.
Para reactivar la economía en 2026 y avanzar hacia mejores sueldos, los expertos coinciden en que se requieren cambios profundos en el modelo de desarrollo de las pymes, enfocados en productividad, modernización y reglas claras.
En esa línea, el académico y CEO de FieldBeat, Rodrigo Pavón, sostiene que “mejorar la productividad interna, digitalizar procesos clave de la operación y acceder a fuentes de financiamiento atractivas son acciones fundamentales para que las pymes crezcan con fuerza en 2026”.
Pavón enfatiza que el acceso a tecnología de valor agregado no solo impacta en la eficiencia del negocio, sino que también se traduce en mejores empleos, mayor estabilidad laboral y un aporte real al crecimiento económico del país.
Tres ejes clave para fortalecer a las pymes en 2026
Reglas claras y simplificación regulatoria.
Para que las pymes operen con mayor seguridad, es fundamental contar con un marco normativo estable, trámites acotados y procesos administrativos simplificados. La reducción de la burocracia permitiría que los emprendedores se concentren en hacer crecer sus negocios y no en enfrentar obstáculos regulatorios.
Digitalización y modernización operativa.
La incorporación de herramientas digitales, como sistemas de gestión, contabilidad digital, facturación electrónica, analítica avanzada e incluso inteligencia artificial, puede mejorar significativamente la productividad y reducir costos. Diversos estudios demuestran que la transformación digital en pymes incrementa su competitividad y sostenibilidad.
Acceso real a mejor financiamiento.
El crédito bancario tradicional no siempre resulta suficiente o accesible para las pymes. Por ello, los expertos plantean la necesidad de impulsar alternativas de financiamiento más flexibles, junto con el desarrollo del capital de riesgo, que permita a inversionistas apoyar emprendimientos innovadores desde etapas tempranas.
La diversificación de instrumentos financieros es clave para que las pymes puedan invertir en modernización, planificar su flujo de caja y enfocarse en crecer, en lugar de destinar sus esfuerzos a sobrevivir.







