Ola de calor, altas temperaturas, deshidratación y golpe de calor marcan el escenario climático en Chile, donde expertos llaman a extremar las medidas de prevención, especialmente en niños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas.
Chile enfrenta un escenario climático inédito, con temperaturas que en los próximos días podrían alcanzar hasta 37°C en valles y zonas de precordillera, una situación que representa un riesgo real para la salud de la población. Frente a este contexto, especialistas advierten sobre la importancia de hidratarse de forma permanente, incluso sin sentir sed, y adoptar conductas de autocuidado para prevenir la deshidratación y el golpe de calor.
“La falta de experiencia frente a temperaturas extremas hace fundamental que modifiquemos nuestros hábitos diarios en favor del autocuidado”, señala la Dra. Magdalena Araya, integrante de la Unidad de Nutrición Humana del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) de la Universidad de Chile.
Grupos de mayor riesgo frente al calor extremo
La especialista enfatiza que no todas las personas enfrentan el calor de la misma manera. Los grupos más vulnerables incluyen a recién nacidos, niños, mujeres, adultos mayores, personas con enfermedades crónicas, personas en situación de discapacidad y quienes realizan actividad física al aire libre.
“Estos grupos presentan mayor riesgo de sufrir deshidratación, agotamiento y golpe de calor, por lo que requieren una atención especial durante episodios de altas temperaturas”, explica la Dra. Araya.
Golpe de calor: una emergencia que puede ser grave
El golpe de calor ocurre cuando el cuerpo pierde su capacidad de regular la temperatura. “En estos casos, la temperatura corporal puede superar los 40°C, acompañándose de pulso acelerado, dolor de cabeza intenso, confusión y pérdida de conciencia”, advierte la especialista del INTA.
Recomendaciones clave para enfrentar las altas temperaturas
La Dra. Araya entrega una serie de medidas preventivas fundamentales:
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Evite la exposición directa al sol, especialmente entre las 11:00 y las 16:00 horas.
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Beba líquidos cada hora, sin esperar a sentir sed. Priorice el agua.
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Evite bebidas alcohólicas y azucaradas; puede consumir jugos naturales o bebidas deportivas solo en caso de ejercicio o trabajo en ambientes calurosos.
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Observe el color y la cantidad de orina, ya que son indicadores de hidratación.
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No consuma pastillas de sal sin indicación médica.
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Use ropa ligera, holgada y de colores claros, evitando telas sintéticas.
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Protéjase con sombrero, lentes de sol y sombrilla cuando sea posible.
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Aplique protector solar factor 50, 30 minutos antes de la exposición, y repita según indicaciones. Las quemaduras solares dificultan la regulación térmica del cuerpo y favorecen la pérdida de líquidos.
Cómo reconocer un golpe de calor
Los primeros síntomas incluyen enrojecimiento facial, sudoración, decaimiento y deshidratación. Luego pueden aparecer calambres musculares, ampollas por sudor y edema en las piernas.
“Si la piel se vuelve seca y caliente, el cuerpo deja de sudar y pierde la capacidad de enfriarse, lo que puede derivar rápidamente en shock por golpe de calor”, explica la Dra. Araya. En estos casos, se debe contactar de inmediato a un servicio de salud.
Mientras llega la ayuda, se recomienda enfriar el cuerpo con paños fríos, recostar a la persona en un lugar fresco y sin exposición solar.
Qué hacer si una persona presenta síntomas
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Trasládela a un lugar con sombra, fresco y ventilado.
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Hidrátela con agua, evitando alcohol y bebidas azucaradas.
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Aplique paños fríos en cara, brazos y pecho.
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Si la persona está mareada, confusa o muy fatigada, detenga toda actividad física de inmediato.
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Si los calambres persisten por más de una hora, acuda a un centro de salud.








