Durante la Jornada Interdisciplinaria Acalis–Universidad de los Andes, expertos coincidieron en que la integración social y las actividades grupales son fundamentales para favorecer la adaptación emocional y funcional de las personas mayores que ingresan a una residencia.
La adaptación a una residencia es un proceso complejo que requiere acompañamiento, comprensión y espacios de integración. Así lo plantearon los especialistas que participaron en la Jornada Interdisciplinaria Acalis–Centro de Envejecimiento de la Universidad de los Andes (CEUANDES), instancia que reunió a profesionales del área de la salud y del cuidado gerontológico con el objetivo de fortalecer sus competencias en el trabajo con personas mayores.
El encuentro, realizado en el edificio Biblioteca de la Universidad de los Andes, forma parte del convenio de colaboración entre Acalis, la principal red de residencias para personas mayores de Chile, y el Centro de Envejecimiento de la Universidad de los Andes, alianza que busca impulsar la formación continua y el desarrollo de buenas prácticas en el cuidado de adultos mayores.
Durante la jornada, Francisco Marinovic, CEO de Acalis, valoró el trabajo conjunto con la casa de estudios y la oportunidad de actualización profesional.
“Nuestros equipos de salud pudieron profundizar sus conocimientos en áreas como farmacología para el manejo del dolor, valoración geriátrica integral, y especialmente en la adaptación e integración de las personas mayores a las residencias”, señaló.
Por su parte, Claudia Rodríguez, coordinadora general del Centro de Envejecimiento de la Universidad de los Andes, destacó el impacto positivo de las actividades grupales en la vida cotidiana de los residentes.
“Las actividades colectivas son el tronco principal del proceso de adaptación. Favorecen el sentido de pertenencia, fortalecen los vínculos y mejoran la calidad de vida de las personas mayores”, afirmó.
El rol de los terapeutas y el acompañamiento emocional
Rodríguez subrayó también la labor de los terapeutas ocupacionales, quienes cumplen un rol esencial en la motivación, participación social y acompañamiento emocional de los nuevos residentes.
Entre las recomendaciones para facilitar la adaptación, la especialista mencionó la importancia de reconocer las etapas del proceso, entendiendo que la institucionalización implica un cambio continuo que requiere apoyo integral. Una de las estrategias más efectivas, dijo, es la formación de un comité de acogida que acompañe tanto al residente como a su familia, midiendo los avances y aplicando instrumentos que evalúen el grado de integración.
Un proceso que no termina
Finalmente, Rodríguez destacó que la fase final de adaptación ocurre cuando la persona mayor asume la residencia como su propio hogar, percibiéndola como un entorno seguro, protector y familiar.
“A partir de ese momento, la tarea de los equipos es mantener esa sensación de pertenencia y bienestar, porque la adaptación no es un punto de llegada, sino un proceso que se renueva día a día”, concluyó.
Con instancias como esta jornada, Acalis y la Universidad de los Andes reafirman su compromiso con la formación continua de profesionales del cuidado, promoviendo prácticas interdisciplinarias centradas en la dignidad, autonomía y bienestar de las personas mayores.
