La aprobación de la ley que reduce la jornada laboral trajo consigo un nuevo paradigma en cómo pensar la productividad. Así como algunas dudas respecto a la flexibilidad y cómo podría ser aplicada de forma efectiva en las empresas.
La reciente aprobación de la ley que reduce la jornada laboral de 45 a 40 horas ha desatado un amplio debate en cuanto a su puesta en marcha. Las autoridades han destacado que esta normativa incorpora medidas graduales. Y responsables con el objetivo de salvaguardar el empleo y proteger a las pequeñas y medianas empresas (pymes).
En este sentido, se ha establecido que la primera reducción de la jornada laboral entrará en vigor en mayo de 2024. Tanto los empleadores como los trabajadores cuentan con tiempo suficiente para negociar y acordar los mejores mecanismos para cumplir con lo establecido en la ley. Poniendo énfasis en lograr una transición suave y equitativa para todas las partes involucradas.
Uno de los puntos importantes es que la ley permitirá a los trabajadores ajustar la duración de su semana laboral de manera más flexible, mediante acuerdo entre las partes. En lugar de mantener una reducción estándar de 40 horas todas las semanas del mes. Podrán combinar períodos de alta intensidad. Como por ejemplo 45 horas, con semanas de menor carga horaria, como 35 horas. En situaciones donde no haya un sindicato presente, el acuerdo entre las partes se alcanzará mediante negociaciones individuales. Lo que puede generar preocupación en caso de que los empleadores tomen decisiones unilaterales en esta materia.
Sobre esto, Diego López, Gerente de postventa y experto en datos laborales de GeoVictoria, HR Tech chilena líder en facilitar la gestión y control de asistencia de los colaboradores en más de 40 países. Afirma que desde el Congreso se incluyen diversas medidas destinadas a adaptar las jornadas laborales.
“En la ley se encuentra la implementación de una banda diferenciada de ingresos para madres y padres. Promoviendo la corresponsabilidad, así como la posibilidad de distribuir la jornada en un esquema de 4 días de trabajo por 3 días de descanso. Y la opción de promediar la jornada a lo largo de un período de hasta 4 semanas. A pesar de la aparente complejidad, este nuevo escenario es positivo. Ya que permitirá a los trabajadores configurar de manera más eficiente sus horarios para atender sus responsabilidades parentales y disfrutar de un mayor tiempo libre mediante acuerdos laborales”, indica el especialista.
Salarios se mantienen
Otro de los temores que se hace latente en los trabajadores es si con esta reducción de la jornada pueden verse afectados los sueldos. Lo que es descartado de plano por el especialista. Quien indica que el factor productividad será clave en la implementación de esta nueva normativa.
“La ley contempla un artículo que prohíbe la reducción de salarios para cualquier trabajador o trabajadora después de la implementación de las 40 horas laborales. Por lo tanto, la aplicación de la jornada reducida se llevará a cabo de manera gradual, permitiendo que las empresas se adapten de forma progresiva al proceso sin afectar los niveles de remuneración. Actualmente, hay empresas que ya están operando con una reducción de jornada en diversas industrias, siendo reconocidas por el Sello 40 horas, entregado por el Gobierno a aquellas que acortaron de forma voluntaria su jornada, quienes, contrariamente a lo que se piensa, han visto interesantes mejoras en su desempeño”, comenta Diego López.