Muchos siguen celebrando la Ley de Profesionalización del Fútbol Femenino promulgada el año pasado, pero actualmente nada se toma en serio.
Costó poco más de dos meses para tener las bases para el campeonato, ¿el principal problema? La duración del mismo. Con la obligación de celebrar contratos profesionales con las jugadoras, los clubes no veían viable la idea de tener fútbol femenino todo el año. Lamentable.
A pesar de todo, tras una propuesta que prepararon Colo-Colo y Universidad de Chile se logró aprobar un torneo de 8 meses.
Otro problema es la llegada de este a la gente. Hasta el año pasado Directv tenía los derechos, actualmente nadie presentó una oferta aceptable para la ANFP. Por ahora, un año histórico para el fútbol femenino chileno será visto por Youtube, Facebook o por la página web del club local.
En ese caso, acerquemos a la gente al estadio dirían algunos. El año pasado casi la mitad de los partidos (46,25%) se jugó en canchas de entrenamiento. Sin hinchada, sin la seguridad de tener camarines o agua, sin saber si tendrán servicios médicos y/o ambulancias. A nivel nacional, solo 6 de 36 equipos jugaron todos sus partidos en un estadio. Ellos, los clubes, son los encargados de gestionar esto. Ahora tocará ver su compromiso en este tema.
Como vemos, muchas son las falencias que siguen dando vuelta alrededor del fútbol femenino chileno. Tomarse esto enserio es lo que deben hacer las dirigencias. Las jugadoras no son una carga y dejarlas jugar no es hacerles un favor.
Autor:
✍ Moroni Villagra