Gracias a sus condiciones climáticas únicas y su rico patrimonio agrícola, Chile es uno de los principales exportadores mundiales de diversos productos.
En un escenario de gran competencia a nivel global y donde la agricultura debe cambiar para adaptarse a los desafíos que plantea el cambio climático, nuestro país debe configurar su futuro y definir el desarrollo estratégico del sector para mantener su posición en el tablero mundial. Veamos qué tendencias económicas y factores influyen en el mercado chileno.
Crecimiento de las exportaciones y el comercio internacional
Una de las tendencias más notables del mercado agrícola chileno radica en su crecimiento constante en materia de exportaciones. Aunque los productos chilenos se distribuyen por todo el mundo, Norteamérica y Europa son los principales mercados receptores, con Sudamérica y Asia a la zaga en un segundo nivel.
Gracias a los altos estándares de calidad de los productos y la eficiente cadena logística del país, Chile ocupa una posición de liderazgo en la exportación de fruta fresca, especialmente uva y cereza. La manzana, el kiwi y los frutos secos también son productos muy demandados a nivel de exportación.
Asimismo, puesto que la uva chilena es muy apreciada, la economía chilena se ve impulsada por la producción vitivinícola. Este sector no solo invierte activamente en la modernización de la producción, también busca aumentarla, consiguiendo que sus vinos se exporten y vendan en más de 150 países del mundo.
Tecnología e innovaciones
De forma similar al resto del mundo, el sector agrícola chileno busca integrar la más moderna tecnología agrícola en la producción de cultivos. Desde mostrar la salud de los cultivos y proporcionar fechas de cosecha óptimas hasta maquinaria autónoma capaz de recolectar. “La única forma de mantener su posición de gran exportador pasa por la incorporación de la tecnología en la mayor cantidad de operaciones posibles”, señalan desde EOS Data Analytics.
Por un lado, el sector agrícola debe digitalizarse, adoptando tecnología como la teledetección, el Internet de las Cosas (IoT) o el uso de drones para que los agricultores puedan obtener datos precisos sobre las condiciones de los cultivos en el campo, los niveles de humedad y nutrientes del suelo y otros parámetros, lo que permite optimizar las actividades agrícolas y reducir los costes.
El software especializado incluye funciones muy útiles, como la monitorización remota del rendimiento de la cosecha, que determina el estado de la cosecha en campos individuales en fechas concretas y en áreas extensas, o los mapas VRA, que ayudan a aplicar insumos con una tasa variable de acuerdo a la producción del campo. Además, la tecnología reduce de forma significativa el número de visitas al campo, salvo cuando es necesario investigar un problema obteniendo información adicional o cuando se deben aplicar insumos.
Por otro lado, apoyándose en funciones como los mencionados mapas VRA, la agricultura debe dejar atrás las formas más tradicionales de cosechar y adoptar prácticas más sostenibles y respetuosas con el medioambiente. La denominada agricultura de precisión es el ejemplo perfecto de una gestión más precisa de los recursos, como el agua y los fertilizantes, que no afecta al rendimiento, pero que sí reduce el impacto medioambiental negativo.
Desarrollo sostenible y prácticas ecológicas
Debido a los efectos del cambio climático, la creciente presión del público por proteger el medioambiente y la mayor demanda de productos ecológicos y de kilómetro cero, el desarrollo sostenible es una prioridad en múltiples sectores, incluyendo la agricultura.
Dentro de la agricultura de precisión, la ecológica se postula como la mejor opción para mantener la fertilidad del suelo y la biodiversidad. Algunas de las técnicas que caracterizan a la agricultura ecológica son el uso de mantillo verde, los cultivos de cobertura y los cultivos intercalados, o la rotación de cultivos.
En esa misma línea, y teniendo en cuenta la escasez de agua en algunas regiones de Chile, la gestión de los recursos hídricos es vital para garantizar la sostenibilidad a largo plazo. Los sistemas de riego de precisión, como riego por goteo o riego subterráneo, buscan reducir el desperdicio de agua y minimizar las pérdidas causadas por la evapotranspiración.
Inversión y apoyo gubernamental
En muchas situaciones, aunque los agricultores estén dispuestos a dar el salto a la agricultura de precisión, no tienen suficientes recursos para hacer frente a la inversión necesaria, especialmente cuanto más grande es la explotación agrícola. Así pues, el gobierno chileno y los inversores privados deben apoyar al sector con programas de subsidios, préstamos con un bajo nivel de intereses e incentivos fiscales para promover el desarrollo del sector agrícola y fomentar la innovación.
Por parte del gobierno, los programas de apoyo deben ir destinados a modernizar las infraestructuras, desarrollar el agroturismo y mejorar las condiciones de trabajo de los agricultores; por parte del sector privado, la inversión se centra principalmente en el desarrollo de empresas y nuevas tecnologías.
La situación del sector agrícola chileno es envidiable, pero para mantener su posición es necesario fortalecer la posición del país por medio de inversiones y apoyo gubernamental, los últimos avances tecnológicos y la adopción de prácticas sostenibles con las que aguantar mejor las consecuencias del cambio climático. A medida que Chile implemente estas mejoras, sus exportaciones y su economía mejorarán aún más los impresionantes números actuales, con un potencial de crecimiento que pocos pueden imaginar.