Entre las principales conclusiones del reciente estudio Digital Report 2023 publicado en enero de este año, destacan datos de vital importancia para el futuro cercano.
De los 8 mil millones de personas que habitan en el planeta, 5.160 millones utilizan internet actualmente, lo que significa que un 64,4 por ciento de la población mundial está conectada al día de hoy.
En el caso de Chile, de acuerdo con datos del Banco Mundial, más del 88% del total de la población de 17 millones de habitantes -y donde las mujeres representan un 51%, como revela el Instituto Nacional de Estadísticas- cuenta con conexión a la red. Sin embargo y pese a componer la mayor parte de la población y de todos estos avances técnicos, aún nos queda un importante desafío que es una mayor incorporación femenina en las áreas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por su sigla en inglés), que según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), a nivel mundial componen el 35% de quienes cursan estudios superiores en estas áreas.
El desafío es poder sumar más mujeres y niñas a las ciencias y para ello desde los distintos sectores de la sociedad se deben brindar espacios y apoyar tanto a la formación educativa como al acceso de las tecnologías nuevas y existentes, tanto desde las primeras etapas como en las posteriores, ya que la utilización de herramientas de estas áreas mediante su uso cotidiano permiten y conllevan a una mayor comprensión, relación y vinculación con las STEM, en línea a lo que planteaba la investigadora en Derechos Digitales Gisela Pérez de Acha en su informe “¿De qué hablamos cuando hablamos de acceso?”, que señalaba que “estar fuera del ‘mundo digital’ (para las mujeres) es perder espacios para intervenir, conseguir trabajo, informarnos, comunicar, movernos y vivir”.
En el caso de nuestro país, los datos más recientes del Proceso de Admisión Universitario 2023 revelaron que un 57% por ciento de aquellas que rindieron la prueba quedó seleccionada en una institución de educación superior, un detalle no menor si consideramos que la inclusión de más mujeres y niñas en las ciencias no pasa tan sólo por un tema arbitrario o económico de las naciones, sino que se trata de aprovechar un enorme talento sin explotar que nos permitirá progresar y cumplir con las metas de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, como recordamos cada 11 de febrero, Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.
Los avances y las reducciones de brechas no solo deben poner en relieve el papel clave que desempeñan las mujeres en la comunidad científica y la tecnología, sino que también deben servir como incentivo para sumar más y empoderarlas, para que el día de mañana no hablemos de un 35%, sino de un 53% o aspirar a más niñas y mujeres en las ciencias.
Cynthia Lima
Head of People de Thoughtworks Chile