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Puntualmente en Chile más de un millón de personas no cuentan con servicios sanitarios básicos como agua potable o alcantarillado domiciliario. Esta efeméride busca fomentar el ODS número 6: garantizar la disponibilidad y gestión sostenible del agua y el saneamiento.
El acceso de un buen sistema de saneamiento, acompañado de unas correctas prácticas higiénicas, como el lavado de manos con agua y jabón, son las medidas más efectivas para evitar la propagación de infecciones.
Si bien es algo que la mayoría da por sentado, la presencia de un inodoro en los lugares que frecuentamos es aún una realidad lejana para un 60% de la población mundial. Según datos de Unicef, cerca de 4.500 millones aún no poseen un baño en casa por lo que no tienen una gestión segura de los desechos humanos y están más propensos a contraer enfermedades graves. En el caso de Chile y según la última encuesta CASEN, más de un millón de personas no cuentan con servicios sanitarios básicos como agua potable o alcantarillado domiciliario.
Para hacer visible la situación de las personas que viven sin acceso a un sistema de saneamiento gestionado de forma segura, cada 19 de noviembre se conmemora El Día Mundial del Retrete, celebración promovida por las Naciones Unidas desde 2013.
Además, esta instancia busca generar conciencia sobre los efectos de la crisis del saneamiento en las aguas subterráneas ante la ausencia de retretes, como lo es correr el riesgo de esparcir los desechos en ríos, lagos y suelos, contaminando así los recursos hídricos subterráneos.
“El contacto con desechos humanos puede causar enfermedades como el cólera, la fiebre tifoidea o la hepatitis. Cada día, más de 700 niños menores de cinco años (aproximadamente uno cada dos minutos) mueren de diarrea debido al uso de agua no, el saneamiento deficiente o la falta de higiene, de acuerdo con Unicef”, explica Francisco Salamé, director comercial para el Cono Sur de Tork, marca líder en higiene profesional.
Medidas
En ese marco, el objetivo principal es fomentar la adopción de medidas para hacer frente a la crisis mundial del saneamiento y alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 6, que busca garantizar la disponibilidad y gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos de aquí a 2030. En particular, la meta 6.2, que se enfoca en poner fin a la defecación al aire libre y proporcionar acceso al saneamiento y la higiene.
Junto al acceso a un inodoro limpio y funcional, es necesario promover la accesibilidad con sistemas de higiene adecuados y contar siempre con los productos necesarios para poder hacer un uso correcto de los servicios, especialmente en baños públicos.
Contar con dispensadores fáciles de usar, como los sistemas de Tork que cuentan con la certificación “Easy to Use” que indica que pueden ser usados por personas con movilidad reducida en las manos, como niños pequeños, personas de la tercera edad, con reumatismo o con algún tipo de lesión, es una de las recomendaciones.
“Es esencial reconocer el profundo valor social asociado que tiene el acceso de un buen sistema de saneamiento. También la importancia de contar con productos de calidad que satisfagan las necesidades esenciales”, comenta Salamé.
Es fundamental adoptar medidas rápidas para mejorar y proteger el acceso de las personas a inodoros, con miras a construir un mundo más accesible y equitativo. Especialmente para mujeres y niños, que son parte de la población más vulnerable a abusos, ataques y la mala salud, provocado por la falta de servicios sanitarios básicos.
