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Los objetos, de alto valor patrimonial, se devolvieron a la Ilustre Municipalidad de Santiago en una ceremonia simbólica encabezada por el alcalde Mario Desbordes y el jefe nacional de la Brigada Investigadora de Delitos contra la Salud Pública y el Medio Ambiente (Bridesma) de la PDI, prefecto Marcelo Rebolledo.
Tres jarrones del siglo XIX, donados por Benjamín Vicuña Mackenna al Cerro Santa Lucía en 1874 y que habían sido sustraídos, fueron recuperados por la Policía de Investigaciones desde un local de antigüedades en avenida Brasil, donde eran comercializados.
En la Terraza Neptuno, el jefe comunal subrayó la importancia de “proteger nuestro patrimonio, desde cuidar nuestros sitios arqueológicos, evitando la comercialización masiva en todas las ferias artesanales de piezas arqueológicas, como por ejemplo el simple diente de un tiburón, fósiles que tienen cientos de miles de años o más, hasta obras de arte, obras escultóricas, como las que estamos viendo, que son el patrimonio de un país”.
Las especies ornamentales, que se ocupaban como maceteros, fueron confeccionadas por la fundición francesa Val d’Osne, y son parte de los 416 jarrones franceses que donó Vicuña Mackenna, de los que actualmente quedan unas 50 unidades.
“Cuando uno va a Ciudad de México, va a Buenos Aires o Lima, se da cuenta que los turistas, entre otras cosas, quieren conocer la ciudad, sus palacios, quieren caminar por sus paseos. En Santiago, recorrer el Parque Forestal es maravilloso, y también muchos quieren ver estos tesoros, pero hay una enorme cantidad de sustracciones todos los años. Monumentos que, por ignorancia o por un desprecio absoluto del valor incalculable que tienen estas piezas irremplazables, terminan fundidas para venderlas como metal o vendidas a coleccionistas que las encargan”, denunció el alcalde de Santiago.
Los jarrones, al ser parte de un Monumento Nacional y, por lo tanto, poseer la característica de bien patrimonial, su valor histórico y artístico es invaluable. No obstante, eran ofrecidos por los comerciantes a precios que oscilaban entre $1.000.000 y $3.000.000.
La investigación surgió por una orden de la Fiscalía Centro Norte por el delito de Daños de Monumentos Nacionales, originada tras una denuncia efectuada por estudiantes de conservación y restauración. Las diligencias tomaron tres meses, tras lo cual, mediante una orden judicial de entrada y registro, la Brigada Investigadora de Delitos contra la Salud Pública y el Medio Ambiente (Bridesma) de la PDI, detuvo el 15 de noviembre de 2024 a dos comerciantes de una tienda de antigüedades por el delito de receptación.
“Detectives de la Brigada Investigadora de Delitos contra la Salud Pública y el Medio Ambiente de la Región Metropolitana, lograron recuperarlos el año recién pasado y detener a las personas que eran responsables de este delito”, aseguró el prefecto Rebolledo, quien agradeció el apoyo de la Fiscalía Centro Norte y al laboratorio de criminalística de la PDI, “que a través de sus pruebas científicas pudieron determinar la autenticidad de estos jarrones”.
El alcalde Desbordes destacó el trabajo de la Bridesma: “Su labor es clave, valoro muchísimo esta recuperación, ojalá recuperemos muchas otras piezas sustraídas en la comuna de Santiago, en la plaza de Armas, en este hermoso Cerro Santa Lucía, zona patrimonial”, y llamó a la ciudadanía a denunciar ante la PDI los robos patrimoniales.
La PDI realizó pericias a los jarrones para comprobar la coincidencia en características decorativas y materialidad de los jarrones robados desde el cerro Santa Lucía. A esto se sumó que los comerciantes no lograron acreditar su legitimidad en las actas de procedencia.
