El lampino Manuel Plaza Reyes, que entregó la primera medalla olímpica a Chile, fue conmemorado en dicha comuna.
Este 5 de agosto, el municipio de Lampa, conmemoró con orgullo un hito inolvidable para el deporte nacional.
Los 97 años desde que Chile obtuvo su primera medalla olímpica.
El maratonista Manuel Jesús Plaza Reyes
Fue en los Juegos Olímpicos de Ámsterdam 1928, donde Manuel Plaza Reyes se coronó con la medalla de plata.
Marcando un antes y un después en la historia del deporte chileno.
Su esfuerzo, perseverancia y talento siguen siendo una inspiración para generaciones enteras.
Manuel Plaza, hijo de Camilo Plaza y María Reyes, nació en Lampa.
En su niñez
Su familia se trasladó a Santiago, donde cursó la enseñanza básica en la escuela Desiderio Araneda, ubicada en la calle San Alfonso.
Allí adquirió las herramientas fundamentales: lectura, escritura y matemáticas.
Sin embargo, su verdadera escuela fue la calle.
Desde muy joven trabajó como suplementero, un oficio que, según él mismo relató, fue clave en su formación como deportista, y que ejerció incluso durante sus años de mayor éxito atlético.
Inspirado por corredores como Martiniano Becerra, Benjamín Flores y Juan Jorquera, comenzó a forjar su propio camino en el atletismo.
Sin entrenador ni recursos
Entrenaba solo en la elipse del antiguo Parque Cousiño (hoy Parque O’Higgins), donde coincidió con el consagrado atleta Alfonso Sánchez.
El fue quien le brindó el impulso necesario para atreverse a competir.
Su debut fue a los 16 años
En una carrera que consistía en una vuelta al Parque Cousiño, la cual ganó.
Ese triunfo marcó el inicio de una trayectoria que lo llevaría a formar parte de reconocidos clubes deportivos como el Club Atlético Centenario, Pietro Dorando (sic) y, desde 1922, Green Cross.
Durante la década de 1920, Manuel Plaza se convirtió en el mejor fondista de Sudamérica.
A su medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Ámsterdam 1928, se suma un sexto lugar en la maratón de París 1924, medallas en los Campeonatos Sudamericanos (bronce en 5.000 m y plata en 10.000 m en 1923) y cuatro medallas de oro en cada una de las ediciones de 1924, 1926 y 1927, en disciplinas como los 5.000 m, 10.000 m, campo a través y 3.000 m por equipos.
Incluso en 1933, continuó destacando al imponerse nuevamente en pruebas de campo a través y en los 32 km.
Su trayectoria y carisma lo llevaron a ser elegido abanderado de Chile en las ceremonias de apertura de los Juegos Olímpicos de París 1924 y Ámsterdam 1928, un honor reservado para los grandes del deporte nacional.
Un legado deportivo
En homenaje a su figura y al legado que dejó en la comuna, la actual administración municipal ha impulsado la recuperación del Gimnasio Municipal de Lampa, espacio deportivo que hoy lleva su nombre: un lugar que no solo honra su memoria, sino que busca ser semillero de nuevos talentos lampinos.
Desde ese espacio sueñan con formar a las y los futuros campeones que, al igual que Manuel Plaza, lleven el nombre de Lampa y de Chile a lo más alto.
Fotografía de Manuel Plaza Reyes, perteneciente al archivo de El Mercurio.








