Evaluar en terreno los daños estructurales que no se ven a simple vista y mejorar la normativa de construcción para evitar a futuro estos daños, son dos de las acciones planteadas por el director de Ingeniería Civil en Obras Civiles de la Universidad de Talca.
Por segunda vez en menos de dos meses, caminos y puentes de la zona central se vieron cortados por los desbordes de los ríos e inundaciones que dejaron las intensas lluvias. Miles de habitantes aislados y cuantiosas pérdidas económicas son algunas de las consecuencias de estos eventos, que pusieron de manifiesto la necesidad de mejorar la seguridad de la infraestructura crítica del país.
“Lo que ocurrió recientemente es similar a lo que nos pasó hace un par de meses, donde -en términos de infraestructura- los que más se vieron afectados fueron puentes, caminos, canales y los embalses, que quedaron muchos de ellos a tope”, explicó Miguel Ángel Arriagada, director de la Escuela de Ingeniería Civil en Obras Civiles de la Universidad de Talca.
El académico aseguró que, en esta materia, lo principal consiste ahora en “tener alguna revisión en cuanto a las condiciones que ha quedado nuestra infraestructura vial principalmente, y ver cuáles de ellas podrían comprometer la seguridad de los usuarios”.
Además, manifestó que, “lo que urge es llevar equipos a terreno para, efectivamente, verificar la infraestructura y evaluar los daños que han sufrido. Hay muchos daños que no van a ser visibles, pero efectivamente van a afectar estructuralmente, sobre todo los viaductos y puentes, elementos que están expuestos directamente a la crecida de agua y, sobre todo, al material que es arrastrado por el cauce”.
Visión de futuro
De acuerdo al Ingeniero, así como nuestro país ha establecido normativas de construcción para prevenir los daños de los terremotos, debiera también hacerlo frente a los temporales e inundaciones, que probablemente ocurrirán con mayor frecuencia debido al cambio climático.
“Los terremotos que han ocurrido en Chile han obligado a modificar nuestra normativa, y han hecho que la ingeniería en Chile sea mucho más robusta. Uno esperaría que algo parecido pasara con lo que hemos vivido, o sea, que se replanteen, se generen equipos de profesionales que evalúen lo que ha acontecido y generen un equilibrio entre el diseño y los costes que se puedan desembolsar para construir esta infraestructura”, sostuvo Arriagada.
En ese mismo sentido, recalcó que es importante analizar la eficiencia de los sistemas de evacuación de aguas con que cuenta el país. “Hay que evaluar cómo ha sido desarrollado nuestro sistema de drenaje y ver cómo se puede mejorar, para que podamos evitar que se produzcan situaciones como la que hemos vivido donde se ha visto afectada infraestructura vial y viviendas”.
Asimismo, el profesional planteó la necesidad de contar con un mecanismo que permita monitorear de forma telemática los riesgos. “Si nosotros tuviésemos la posibilidad de impulsar los elementos de gestión hídrica, podríamos por un lado, saber qué es lo que está pasando en tiempo real en cada uno de los canales o cauces de agua, y eso le permitiría al Estado tomar mejores decisiones o poder prever ciertas situaciones”, una tecnología que, según explicó, ya ha sido impulsada por algunas instituciones.