Los trabajos, que se desarrollarán entre noviembre de 2023 y marzo de 2024, apuntan a combatir la erosión ocasionada por factores como el clima y el paso del tiempo, entre otros factores, con el fin de desarrollar un paso más seguro y de menor complejidad a uno de los destinos geográficos más atractivos del turismo internacional.
Cada temporada, más de 150.000 turistas eligen explorar el Parque Nacional Torres del Paine. Este grupo, en su mayoría, se dirige a las famosas columnas de granito que dan nombre a este lugar. Estos amantes del turismo aventura deben atravesar un sendero que se extiende por cerca de 10 kilómetros, el cual también es utilizado por caballos para diversas labores de suministro a los refugios cercanos. El tráfico constante, la falta de diseño adecuado y las condiciones climáticas particulares de la región, han conspirado contra una óptima mantención de la ruta. Es por esta razón que la reconstrucción de este sendero se ha convertido en una necesidad apremiante.
Desde hace varios años, Las Torres Patagonia ha encabezado y financiado los trabajos de reconstrucción, colaborando estrechamente con entidades como las ONG AMA Torres del Paine (Chile) y Conservation VIP (Estados Unidos). Estas organizaciones han brindado apoyo tanto en la logística como en la ejecución de las obras, desempeñando un papel fundamental no solo en la preservación del entorno, sino también en el involucramiento de la comunidad local.
Esta necesidad de mejorar el trazado no solo responde a motivos estéticos o naturales, sino que también se alinea con el compromiso de Las Torres Patagonia hacia un desarrollo sostenible, garantizando beneficios a largo plazo y contribuyendo a la armonía entre la convivencia de la conservación del entorno y visitantes.
“Para nosotros, como institución comprometida con el cuidado del medio ambiente es necesario garantizar las condiciones óptimas del sendero. Al asignar recursos a esta causa, no solo buscamos proporcionar una mejor experiencia a los turistas, sino también preservar la integridad del ecosistema”, comentó el CEO de Las Torres Patagonia, Josian Yaksic.
Durante la primera semana de noviembre, bajo la supervisión del director de AMA Torres del Paine, John Ojeda, llegó la primera de dos cuadrillas de trabajadores, conocidos como “trail builders”, donde destacan mecánicos, soldadores e ingenieros experimentados en la construcción de distintos tipos de circuitos, incluyendo ciclovías y senderos. La dirección de esta iniciativa durante esta temporada estará a cargo del líder de guardaparque de operaciones de AMA Torres del Paine, Maximiliano Cerda, quien acompañará cada etapa de los trabajos.
¿Qué contempla esta etapa 2023-2024? Según Ojeda, la primera fase apunta a remover toda la materia vegetal presente en el sendero. El propósito es adaptar el espacio utilizando técnicas sostenibles que reduzcan los efectos de la erosión, estancamiento de agua y otras consideraciones ambientales, alineado bajo un estricto plan de manejo.
El director de ConservationVIP, Garry Oye, explica que para que un sendero sea sostenible responde a la ingeniería que se utiliza para trabajar la ruta. “Por ejemplo, un ángulo menos pronunciado permite que las pisadas en el sendero ejerzan menos presión, lo que también va acompañado de cómo el agua de las lluvias también puede desembocar lejos del sendero, permitiendo que la erosión se reduzca a sus niveles mínimos”, comenta.
Cabe mencionar que estas faenas no bloquearán el acceso a Base Torres para los visitantes, y que mientras se realicen todos los trabajos correspondientes en el sendero, ningún turista quedará imposibilitado de acceder al mirador que da a la octava maravilla del mundo.