Autodenominados “Los Aerodinámicos”, este grupo de estudiantes de solo 16 años, ganó el desafío “Voces jóvenes para un futuro sostenible” de Junior Achievement y BASF, y con un premio de 2.500 dólares construyeron aerogeneradores con aluminio para ventilar salas de su liceo con energía eólica.
Un grupo de estudiantes de segundo medio del Liceo Bicentenario Industrial Vicente Pérez Rosales, de Quinta Normal, fue ganador del desafío “Voces jóvenes para un futuro sostenible”, un reto de innovación escolar liderado por Junior Achievement Chile y BASF en 2023. El proyecto “aerogenerador eólico” fue desarrollado a base de turbinas de aluminio y ruedas de bicicletas en desuso, una iniciativa de ventilación sustentable para dos aulas de clase.
El programa “Voces jóvenes para un futuro sostenible” capacitó a 100 estudiantes de segundo medio de este establecimiento educacional, en temas de sostenibilidad y Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Los estudiantes participaron en un desafío donde presentaron 14 proyectos de sostenibilidad, con el apoyo de voluntarios de la empresa BASF, resultando ganador el equipo “Los Aerodinámicos” con su aerogenerador eólico.
El proyecto ganador abordó el problema del aumento de temperaturas y la disminución de lluvias en la región, mediante una solución sostenible: el diseño e instalación de turbinas eólicas que aprovechen la velocidad promedio del viento de 8 km/h para generar electricidad y alimentar ventiladores en las aulas. Al reducir el consumo eléctrico, esta iniciativa minimiza el impacto ambiental. Además, el proyecto fomenta la sostenibilidad construyendo las turbinas con materiales reciclables recolectados en la escuela y talleres locales.
Samuel Álvarez (16 años), líder del proyecto, hoy en tercero medio, explica que la idea surgió de un ejemplo que les dieron para una tarea y cómo podrían ingeniar un modo de mover un barco sin la necesidad de combustible convencional y así llegó a la energía eólica.
“Desde ese momento me obsesioné con hacer un proyecto usando la energía del viento, me quedó grabado en la mente y traté de ver la forma de crear turbinas de viento en la ciudad, construyéndolas de una manera accesible y barata. Supe de un alemán que las construyó usando ruedas de bicicleta y yo decidí usar planchas de aluminio por ser un material barato”.
Son en total 4 turbinas. Cada una tiene una altura de 4 metros, utiliza cerca de 12 planchas de aluminio y 2 ruedas de bicicletas en desuso.
Junto a otros 4 compañeros -Benjamín Cifuentes, Manuel Pozo, Gabriel Gaete y Cristóbal Olguin-, Samuel (de electricidad) sumó a especialistas de construcción y mecánica, y trabajaron contra el tiempo una vez que recibieron el financiamiento del premio.
“Además de poner el práctica otras habilidades como es el trabajo en equipo, el diseño y sobre todo la comunicación para manejarnos con profesores, proveedores y contratistas, también puse a prueba mis aprendizajes del curso de mercado financiero de Junior Achievement, para administrar el presupuesto y calcular potencia y rendimiento. Una vez que estuvieron listas las turbinas, las instalamos en una estructura sobre el techo, pero esa estructura no era lo suficientemente segura a largo plazo, por eso hoy los aerogeneradores están instalados en el estacionamiento del liceo y son capaces de enfriar con viento dos salas del tercer piso, expuestas al sol y al calor del verano”, agrega el estudiante.
Acerca de los desafíos que se plantea a futuro, Samuel concluye: “Me encantaría que este proyecto tenga un impacto en más lugares donde sea difícil conseguir energía eléctrica y en donde con materiales muy caseros se puedan construir turbinas que generen y suministren energía. A futuro, espero concretar otras ideas y proyectos, conseguir un buen capital y así tener otro ingreso además de mi trabajo como electricista. Al fin y al cabo, lo que importa es hacer algo innovador y que los obstáculos no sean problemas, sino situaciones que resolver. Creo que es muy importante aprender en base a la gestión de un proyecto y llevar una idea desde el papel a la realidad”.
Además de estudiante TP de electricidad, Samuel ingresó al mundo de los mercados financieros – gracias a una beca asignada por Junior Achievement- , operando en el mundo de Forex. “Parte de las ganancias que obtenga allí, los destinaré a financiar proyectos como este: innovadores y que puedan solucionar distintas necesidades, a fin de siempre conseguir un triple impacto; medioambiental, económico y social.