La realidad de las Escuelas Open Door y Nueva Aurora (Puente Alto) y San Juan de Dios (Macul) demuestra que el 90% de sus alumnos son mayores de 26 años, e incluso dos de ellas han sido multadas por educar a personas fuera del límite de edad indicado en la normativa.
Muy preocupadas están las comunidades educativas de las únicas tres escuelas especiales para adultos con discapacidad o con diagnósticos de salud mental de alta complejidad de la Región Metropolitana, debido a la aplicación de la normativa que establece como límite de edad los 26 años para recibir la subvención.
La realidad de las Escuelas Open Door, San Juan de Dios y Nueva Aurora demuestra que el 90% de sus alumnos son mayores de 26 años, e incluso dos de ellas han sido multadas por educar a personas fuera del límite de edad indicado en la normativa.
Para el presidente del Colegio de Profesoras y Profesores Metropolitano, Mario Aguilar, “estas personas tienen discapacidades severas, son los más vulnerables entre los vulnerables y deben seguir atendiéndolos. Estas escuelas no pueden cerrar, estas personas no pueden quedar abandonadas”.
Para Paola Vázquez, directora del Departamento de Inclusión del Colegio Metropolitano, como sociedad estamos fallando, “no es posible que tengamos que estar pidiéndole al Mineduc, al Senadis, a Desarrollo Social, que vele y garantice los derechos de las personas en condición de discapacidad, no puede ser que las multen porque supuestamente están vulnerando los recursos por el hecho de atender a adultos”.
La dirigenta explicó que si esos adultos no reciben educación están condenados a estar en su hogar, muchos ni siquiera tienen la opción de contar con un cuidador/a. Ellos no sobran, son seres humanos igual que nosotros”.
Para la profesora Lily Moreno la situación es grave “ya que estamos contra el tiempo, eso queremos hacerle presente al Presidente Gabriel Boric, necesitamos una respuesta antes de fin de año, de lo contrario las escuelas no podrán funcionar el 2023. Confiamos en que esta administración va a entender la situación que enfrentamos”.
Las comunidades educativas de las tres escuelas especiales dejaron una carta en el Palacio de La Moneda dirigida al Presidente Boric, donde Sharon Rieloff, alumna del San Juan de Dios, fue una de las encargadas de dejar la misiva precisando que “entregamos una carta para que no nos cierren el colegio, porque es muy especial para nosotros. Si lo cierran, no sabemos qué hacer, por eso le suplicamos al Presidente que no lo cierre”.
Raúl Maldonado, apoderado del Open Door, evidenció que “estas escuelas no pueden desaparecer, las profes han dado su vida por los niños, ahí están todos los días con una sonrisa, los chicos no desaparecen a los 26 años, siguen en esta tierra, no puede ser que después de esa edad no tengan derecho a la educación”.