En el marco del Día Mundial contra el Tabaco especialistas comentan sobre sus efectos en el sueño.
Recientemente, se celebró el Día Mundial contra el Tabaco, fecha en la que se concientiza sobre el impacto de fumar y su combate contra enfermedades y problemas que causa su consumo. Como es el conocido cáncer, la impotencia sexual en hombres, entre otros. Sin embargo, fumar no sólo aumenta el riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular o cáncer. Sino que también disminuye nuestra calidad de vida al producir un deterioro considerable en nuestro sueño.
De hecho, según un estudio de la Asociación Dental Americana de 2016, las probabilidades de sufrir bruxismo aumentan en más de dos veces en los fumadores habituales. “Esto, se debe principalmente a que el tabaquismo altera las neuronas del cerebro que producen dopamina. Aumentando la actividad del sistema nervioso y generando movimientos musculares repetitivos. Esto lleva a que nuestro sueño no sea de calidad y aumenten los despertares nocturnos. Además de afectar directamente a la generación de melatonina que nos permite regular naturalmente nuestro dormir”, explica Pablo Guzmán, neurólogo de Clínica Somno, centro especialista en Medicina del Sueño.
En la misma línea, los cigarrillos también impactan y potencian la aparición de apneas del sueño. Trastorno del descanso dentro del cual el bruxar también puede ser síntoma. Según expertos, los fumadores tienen tres veces más de probabilidades de presentar esta patología en la que la respiración se detiene y vuelve a comenzar repetidas veces a lo largo de la noche. “Fumar puede aumentar la inflamación, retención de líquidos e irritación en las vías respiratorias. Reduciendo así el espacio en éstas, por lo que circula menos aire. Y, por ende, aumentan las pausas o ahogos característicos de las apneas del sueño”, detalla Guzmán.
¿De qué otras maneras afecta el tabaco en el sueño? Desde Clínica Somno detallan que:
· También puede favorecer al insomnio debido a que la nicotina es un estimulante que a la vez provoca adicción.
· Facilita los ronquidos, ya que provoca congestión nasal porque obstruye la nariz al dormir.
· Favorece una mayor somnolencia diurna.
· Si bien recomiendan evitar el tabaquismo, aclaran que es recomendable fumar el último cigarrillo tres horas antes de irse a dormir.