El número de casos en el 2023 registran un aumento de un 128,8% en comparación a 2022, de los cuales más del 51,7% de los casos quedan hospitalizados.
Ante el aumento en la circulación de virus respiratorios y contagios especialistas en salud pública recomiendan retomar el hábito de usar mascarillas. Especialmente en espacios cerrados o de poca ventilación.
A la fecha las cifras dan cuenta de que la presencia de virus no Covid-19 está en pleno desarrollo. Incluso más rápido que en el año 2022, consignando registros de aumentos de circulación que alcanzan un 128,8% respecto del año anterior. Junto a un 51,3% en comparación al 2019 donde Chile y el mundo padecieron la pandemia por coronavirus.
En lo que va del 2023 se registran 15.633 casos de virus respiratorios, configurando un aumento del 53,4% respecto del año anterior.
Al respecto la jefa de la unidad de Salud Pública de la Universidad Autónoma de Chile, Dra. Karla Rubilar, indicó que “estamos viviendo un alza de contagios de enfermedades respiratorias agudas, principalmente por sincicial y virus influenza, que amerita evaluar el uso de mascarillas por parte de todas aquellas personas que empiezan a tener sintomatológica y si van a asistir a diferentes lugares donde haya aglomeración, por ejemplo, en el transporte público, establecimiento educacionales u otros. En este sentido la mascarilla es un mecanismo de uso simple y muy bajo costo que se usa para prevenir enfermedades y también es una forma solidaria de cuidar a otras personas. También las personas que tengan enfermedades de base podrían también usarlas para evitar contagios por parte de otras personas que no las están usando”.
Por su parte el decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma de Chile, Dr. Luis Castillo, explicó que “las mascarillas, especialmente las que están diseñadas para filtrar partículas pequeñas como los respiradores N95, KN95 o FFP2. Pueden proporcionar una barrera física entre el usuario y el ambiente. Evitando que las gotas respiratorias que contienen virus sean liberadas al aire. Esto es particularmente importante porque muchos virus respiratorios se transmiten principalmente a través de gotas que se generan al toser, estornudar, hablar o respirar”, indicó el profesional.
Mejorar y fortalecer la comunicación de riesgo
Para el ex asesor comunicacional de la ex subsecretaria de Salud Pública, Dra. Paula Daza, Rodrigo Durán Guzmán, una de las grandes falencias en la gestión del riesgo por parte del Ministerio de Salud ha estado precisamente en la comunicación. Lo anterior, a juicio del profesional, se ha visto reflejado en la falta de difusión de las medidas preventivas y autocuidado. El retraso en la campaña de invierno, la falta de comunicación orientada a la prevención y sensibilización de la ciudadanía.
“La comunicación de riesgo, especialmente en salud, es tremendamente relevante porque tiene como finalidad entregar información precisa y oportuna a la ciudadanía. Y mientras ésta tenga más y mejor información, mejor será su toma de decisiones y comprensión, en este caso, de los riesgos sanitarios. Precisamente, el objetivo de la comunicación de riesgo apunta a prevenir y mitigar los riesgos en salud, construir confianzas y reducir las incertidumbres. Y en esto, lamentablemente, el Ministerio de Salud no ha estado muy activo sino más bien ausente.”
“Por ende, es natural el aumento de incertezas en la población, en los equipos y profesionales de la salud y en el sistema en general. Es imperioso que el Minsal ponga a las personas en el centro. Recupere el sentido de urgencia y entregue información oportuna orientada a la prevención y no a la reacción. La comunicación tiene que apuntar a evitar e incrementar los contagios y no a esperar qué hacer cuando tengamos un colapso en el sistema hospitalario o falten camas para atender pacientes”, explicó el también magíster en comunicación estratégica y especializado en comunicación en salud.