Los pacientes de tratamientos de reproducción asistida enfrentan algún grado de estrés, con niveles de ansiedad superiores a la media de la población.
Por este motivo es clave recibir apoyo sicológico en todo el proceso, y recurrir a especialistas.
Cuando se inicia o se atraviesa un tratamiento de infertilidad, contar con apoyo emocional es fundamental, porque si bien es un camino lleno de esperanza, los resultados no siempre son los esperados y los procesos pueden prolongarse por más tiempo de lo estimado, por lo que a veces las pacientes atraviesan por momentos de muchos temores, inseguridades o desesperanza, estados que, de no ponerle freno, pueden llevar a cuadros más complejos en lo que a temas psicológicos se refiere.
“Un gran porcentaje de nuestras pacientes sufre algún grado de estrés, con niveles de ansiedad superiores a la media de la población. La Unidad de Apoyo Psicológico es un espacio que creamos especialmente para ellas, para que puedan compartir, ya sea de manera individual o en pareja, todos los pensamientos y emociones que van experimentando en el proceso. La Unidad está a cargo de profesionales de la salud mental, quienes les entregan las herramientas para que puedan mantener el equilibrio dentro de la pareja, por ejemplo, evitando preocupaciones excesivas, ansiedades o depresiones que puedan afectarlos”, explica Daniela Vargas, psicóloga especialista en reproducción asistida de IVI Santiago.
Una de las recomendaciones es aprender técnicas de relajación, que entre otras cosas sirven para el manejo de pensamientos negativos, y también para bajar los niveles de estrés, cortisol y ansiedad. “También disponemos de sesiones individuales o en pareja donde nos enfocamos en temas que se relacionan con la asertividad y prevención de respuestas ante posibles resultados, con el único fin de que puedan llevar una buena calidad de vida, mientras viven cada etapa del proceso de reproducción asistida”, agrega la profesional.
Cuando la mente nos juega una mala pasada, el cuerpo también se reciente. Es decir, si la paciente presenta altos niveles de ansiedad, nerviosismo o pensamientos negativos, en un escenario de búsqueda de embarazo puede traducirse en menos ovulación, que los óvulos sean menos fecundos o más proclives a abortos espontáneos. “Está comprobado científicamente que las posibilidades de éxito en los tratamientos de reproducción asistida son mucho más elevadas en pacientes con buena salud mental”, finaliza Daniela Vargas.