La familia y la agrupación ACHAGO advierten que la atención de la niña no ha tenido la celeridad y la urgencia que merece la gravedad de su caso, lo cual afecta a todo el núcleo cercano tanto emocional como económicamente.
De acuerdo a las últimas cifras del Observatorio Global del Cáncer (GLOBOCAN), en Chile se produjeron más de 54.000 casos nuevos y más de 28.500 decesos producto de esta enfermedad en 2020. Además, es la primera causa de muerte desde 2019.
El impacto de la pandemia sobre este tipo de patologías también golpeó a nuestro país, ya que generó un aumento en las listas de espera tanto para tratamientos como atenciones de pacientes oncológicos. De hecho, según el último informe del Centro de Políticas Públicas e Innovación en Salud (CIPS), existen 8.141 garantías retrasadas que están vinculadas a la etapa del diagnóstico y 3.794 a la de tratamiento.
Es por ello que la Asociación Chilena de Agrupaciones Oncológicas (ACHAGO) junto a un grupo de familiares, hizo un fuerte llamado a las autoridades de salud a resolver los problemas que afectan a los pacientes que sufren estas enfermedades, a raíz del caso de una niña de tan solo 7 años quien fue diagnosticada con cáncer de mama triple negativo y que dejó al descubierto las precarias condiciones de atención sin especialistas en la red pública y los temas pendientes en la Ley del Cáncer.
La falta de oncólogos pediátricos en los servicios públicos provocó que una tardía intervención dejara a la menor mutilada y con metástasis en los ganglios de una axila. Este caso ha despertado el interés por ayudarla de la comunidad médica internacional, ya que se trata de un caso único en el mundo.
“Lo que hemos vivido como familia es muy decepcionante y estamos destruidos. Ha sido un peregrinar constante, un ir y venir, andar de hospital en hospital y siempre con respuestas vagas y poco claras. Mi hija, con 7 años recién cumplidos, ha tenido que soportar 4 operaciones y la extirpación total de su mama izquierda”, relata Patricia Muñoz, madre de la paciente afectada.
La familia advierte que la atención de su hija no ha tenido la celeridad y la urgencia que merece la gravedad de su caso, lo cual afecta a todo el núcleo cercano tanto emocional como económicamente.
“Perdí mi trabajo y mientras eso pasaba, también veía cómo mi hija se iba agravando. He tenido que andar peleando horas médicas para ella y sufrir portazo tras portazo. Esto no se lo doy a nadie y lo único que espero, es darle una buena calidad de vida a mi pequeña. ¿Quién me ayuda ahora a borrar las cicatrices en su cuerpo y qué decir de las marcas que quedarán en su corazón? ¿qué hago con el daño psicológico que tenemos como familia?” aseguró.
Por su parte, Felipe Tagle, presidente de la Asociación Chilena de Agrupaciones Oncológicas, (ACHAGO) contó que el problema radica fundamentalmente en la Ley del Cáncer, que a su juicio no existe.
“Fui uno de los gestores de esta ley, pero no tenemos cobertura para tratamientos ni para medicamentos. No hay presupuestos en este ítem y por eso estamos citados para el próximo 6 de marzo a la Comisión de Salud del Senado para ver precisamente la falta de avances de esta normativa. Las listas de espera siguen aumentando y los cientos o miles de pacientes mantienen la esperanza de una respuesta a sus demandas”, concluyó.