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“Nunca fue pensado, fue algo que naturalmente se puso delante de mí, yo lo tomé, lo seguí, pero de corazón, de manera innata, no con un plan para lograr algo, nunca pensé que iba a terminar viviendo de esto”, dice Constanza Péndola, fundadora de Delacons, que nos inspira día a día a través de su marca de joyas que nació de la pasión por la artesanía, la creatividad y más importante aún, de un hobby que poco a poco fue creciendo hasta convertirse en una gran marca.
Desde pequeña, Constanza se sintió fascinada por el mundo de las joyas, creando sus primeras piezas con mostacillas junto a su abuela con los materiales que compraban en la calle Rosas, para ella este era el paseo más entretenido de todos. “Cuando fui a Rosas la primera vez, fue una fascinación que no lo podía creer, era encontrarme en un mundo infinito de posibilidades para hacer collares de mostacillas”.
El interés por adornar su cuerpo con diferentes anillos y collares siempre estuvo. Cuando su abuela tomaba la siesta de la tarde, ella fabricaba pulseras y collares de mostacilla. Pero Constanza, a la temprana edad de siete años, no se conformaba con eso. Sus primeros indicios de alma líder ya eran visibles a su corta edad, de vez en cuando, las pulseras y collares que hacía en casa de su abuela, se las vendía a los huéspedes del edificio en el que estaba.
Constanza es psicóloga, trabajó seis años en la Universidad Adolfo Ibáñez. Pero en 2013 algo cambió, venía de terminar un curso de cerámica gres, y quedó con las ganas de seguir haciendo algo con sus manos. Las opciones eran seguir con el curso de cerámica o algo nuevo. Fue en ese mismo año cuando descubrió las clases de orfebrería y de forma innata supo que sería buena en eso. Al año siguiente se compró un banco joyero, el cual mantiene hasta el día de hoy porque asegura le trae “suerte e inspiración”.
Esto se mantuvo durante dos años. Constanza iba 2 o 3 veces a la semana a sus clases de orfebrería, esto en paralelo con su empleo como psicóloga en la Universidad. En un principio, sólo fabricaba para sí misma, hasta que un día le dijeron que debería venderlas. Coincidentemente, una persona al ver su trabajo le pidió un anillo, ella accedió y se lo vendió. Luego, personas cercanas vieron el anillo y le pidieron lo mismo. Esto sirvió como un empujón para que creara la cuenta de Instagram @delacons.joyas que actualmente cuenta con más de 100 mil seguidores.
Poco a poco la atención de Constanza se iba más para las joyas y menos en su trabajo como psicóloga, hasta que llegó un momento en el que la despidieron.“Este fue el impulso que necesitaba, la vida me está obligando a lanzarme con mis joyas. No fui capaz de tomar la decisión por mí misma, la vida me está obligando a hacerlo” agregó. Fue justo en este momento en el que se decidió por completo en dedicarse a la orfebrería en un 101%.
Desde 2015 hasta septiembre de 2020 Constanza gestionó sola desde la fabricación, marketing, envíos, negocios con los proveedores hasta la post venta. “Luego contraté una ayudante, después otra persona que me ayudara con los envíos y así fuimos creciendo” recordó.
En 2020 llegó la pandemia, esto fue un motor para la marca, de alguna manera la página se disparó, ya que recientemente, en abril de 2020 había lanzado la página web de Delacons y las ventas se habían multiplicado, lo que hacía en un mes, ahora se hacía en un día. Constanza asegura que lo que mantuvo viva a la marca, fue el trabajo duro durante el Covid-19, porque las ventas habían subido mucho, y por ende el ritmo de la tienda también.
Cuatro años después, con Delacons casi cobrando vida por sí misma, ocurrieron los recientes incendios en la V Región. Constanza no quiso quedarse de manos cruzadas, organizó una rifa que duró 3 días, logró recaudar más de 6 millones de pesos y todo fue destinado a Desafío Chile.
Esta no fue la primera vez que Delacons participa en causas solidarias. En 2022, también se incendió la V Región, a través de una rifa lograron recaudar 3 millones de pesos para ayudar a los afectados, además de otros aportes como en la pandemia del Covid-19.
