Octubre es el Mes de la Ciberseguridad, tanto en Chile como en el mundo, y más que una conmemoración deber ser una alerta. Los ciberataques dejaron de ser un escenario hipotético: hoy afectan a empresas, instituciones y ciudadanos todos los días. La pregunta es inevitable: ¿cuán vulnerables somos y qué tan preparados estamos como país?
El Informe sobre Riesgos Globales 2024 del Foro Económico Mundial advierte que la ciberseguridad es un riesgo global que amenaza la economía, la democracia y hasta la estabilidad social. A su vez, el Panorama Global de Ciberseguridad 2024 señala que los mismos vectores de ataque de siempre siguen activos, pero ahora potenciados por nuevas tecnologías: deepfakes, malware y desinformación, que han derivado en estafas millonarias y ataques a instituciones internacionales.
En Chile, la digitalización ha incrementado oportunidades de desarrollo, pero también la exposición. Y si bien se han implementado marcos normativos y ecosistemas de seguridad, aún no contamos con todas las herramientas necesarias para enfrentar ataques de gran escala. Sería ingenuo pensar que estamos blindados.
En este contexto, siempre debemos repetir que la educación en ciberseguridad es clave. En Instituto Profesional San Sebastián, formar técnicos e ingenieros capaces de detectar, anticipar y responder frente a incidentes, es parte de nuestro sello. Porque la defensa digital no es solo cuestión de tecnología, sino de personas preparadas y cultura preventiva.
Debemos aceptar una verdad incómoda: no existen sistemas invulnerables. Siempre habrá quienes busquen vulnerarlos. Esa certeza no debe generar temor, más bien, acción. La ciberseguridad es un tema país que exige colaboración entre Estado, empresas, academia y ciudadanos.
No se trata de temer a los ciberataques, sino de entender que convivimos con ellos. Y que el conocimiento, más que alguna herramienta tecnológica, será nuestra mejor defensa.
Sebastián Otazo Muñoz
Director Sectorial de Tecnología
Instituto Profesional San Sebastián








