Condiciones ambientales, como las altas temperaturas y una menor humedad, son factores que inciden en el aumento en la producción de sebo en nuestra piel, haciendo de la temporada estival una de las más desafiantes para el cuidado de las pieles grasas.
El verano puede ser un tanto desalentador para aquellos que tienen la piel grasa. El exceso de brillos (sobre todo en la zona T -frente, nariz y mentón-), poros dilatados, espinillas y granitos son una de las consecuencias más visibles en este tipo de piel y que requieren de cuidados especiales durante la época estival.
La piel grasa se genera por un trabajo excesivo de las glándulas sebáceas, junto con un funcionamiento deficiente de la renovación cutánea.
“Sus causas son genéticas, aunque también influyen los cambios hormonales, una dieta no adecuada, el estrés y condiciones ambientales como la polución o un ambiente húmedo o seco, por ejemplo”, indica Paula Molina, química farmacéutica de Farmacias Ahumada.
Desafortunadamente, cuando la humedad del ambiente desaparece, produce un gran impacto en este tipo de pieles.
“En el verano, la disminución de la humedad y las altas temperaturas juegan un papel crucial en el desarrollado de procesos inflamatorios, generando brotes de acné. Además, la exposición al sol hace que pierda lípidos fundamentales, generando que el organismo reaccione a través del incremento en la producción de sebo para compensarlo y mantenerla hidratada”, subraya Molina.
Por esto, es indispensable que se generen cambios en la rutina habitual de cuidado si tienes la piel grasa. Acá te los mostramos:
- Limpieza diaria en el día y la noche: La limpieza siempre es importante, aunque con estas pieles los productos que se utilizan tienen una importancia relevante. Ésta debe realizarse con productos suaves, formulados para este tipo de piel, a fin de evitar una producción de sebo mayor. “Estos limpiadores deben incluir activos que mantengan a raya la proliferación bacteriana y que sean renovadores para controlar la queratosis”, indica la farmacéutica.
- Exfoliación: Este es un paso que no podemos olvidar, aunque no se puede abusar de él, menos en verano. Para Molina, ésta “debe realizarse una vez por semana para eliminar la acumulación de células muertas y ayudar a liberar los poros. Hacerla de forma más frecuente puede ser contraproducente, incrementando la producción de sebo”.
- Extra hidratación: Ya explicamos que, a menor hidratación, más sebo se produce, a diferencia de lo que muchos pueden pensar. Para la profesional es clave la utilización de productos hidratantes específicos y ligeros, que sean libres de aceites y que no obstruyan los poros. Esto se aplica también para el maquillaje a utilizar, para evitar que la reacción al contacto de la piel incremente la producción de sebo.
- Cuida tu alimentación: La dieta que llevamos influye en todo nuestro organismo, incluyendo la piel. “Es importante mantenernos bien hidratados -consumiendo de dos a tres litros de agua diariamente- y que evitemos los alimentos que causan inflamación; vale decir, aquellos ultraprocesados y los de origen animal. Por el contrario, se debe basar la alimentación en aquellos productos que reduzcan la inflamación para evitar el exceso de sebo, como alimentos de origen vegetal que aportan una mayor cantidad de fibras y antioxidantes, junto con ácidos grasos esenciales, como el Omega 3”, destaca.
Por último, el uso de protector solar es fundamental, en todo tipo de pieles y durante todo el año, para evitar la aparición de lesiones y acumulación de radiación, principales causas del cáncer a la piel.
Según la Organización Mundial de la Salud en los últimos cinco años se ha detectado un aumento en la ocurrencia de este cáncer, pasando de 20 a 25 casos por cada 100 mil habitantes.
“En esta época estamos más expuestos a los rayos ultravioletas, porque pasamos más horas al aire libre. En este sentido, el producto debe ser especializado para pieles grasas y aplicado, de acuerdo a las indicaciones del producto. Esto no sólo cuida nuestra piel, sino que a todo nuestro organismo”, enfatiza la farmacéutica.
Siempre es conveniente que se utilicen productos de belleza adecuados para este tipo de piel, donde también se incluye el maquillaje. Finalmente, “no temas en ayudar a tu piel a través de la aplicación de productos fríos. El calor aumenta la producción de sebo, por lo que aplicar compresas frías puede ser de gran ayuda para reducir los efectos del calor y el verano en pieles grasas”, sentencia.