Experto de Shinka Management explica cómo el método Lean, facilita la adaptación de cualquier puesto de trabajo a las personas, sin importar su condición física ni su género, lo que, a la vez, permite el desarrollo de empresas más inclusivas.
En general, cuando se ofrece un puesto de trabajo, independiente del área, la empresa contratante, pide una serie de requisitos y habilidades del postulante. Esto, con el fin de elegir entre un pool de aspirantes, al más calificado para el tipo de cargo que se está solicitando.
Sin embargo, con las leyes y políticas corporativas antidiscriminación que se han ido multiplicando y haciendo más estrictas en todo el mundo. Las exigencias y/o características requeridas por las empresas cada vez son menos específicas y más genéricas. Para así no correr el riesgo de ser acusadas de ser discriminatorias. Esto, ha motivado a que las empresas desarrollen aún más su capacidad de adaptarse a los postulantes y no a la inversa, como se estilaba hace algunos años. En primera instancia, pudiera parecer una quimera, pero es una realidad que viven muchas empresas e industrias que aplican el método Lean en sus organizaciones.
El Lean Management nace de una filosofía del Japón. Es mucho más que una metodología que ofrece la posibilidad de generar mejoras continuas a la producción y optimización de recursos. Es un método, empleado actualmente por industrias exitosas alrededor del globo, ya que aporta a la flexibilidad ya a la capacidad de adaptarse a la diversidad de personas en las organizaciones.
Porque si bien el concepto de diversidad organizacional muchas veces queda en el papel y en las buenas intenciones, el método Lean lo lleva a lo concreto. Gustavo Norambuena es director regional para Latinoamérica de Shinka Management, consultora especializada en esta metodología, explica que:
“Lean ayuda a facilitar la adaptación de tu operación a las distintas características de personas que existen en una organización. Y no sólo en términos de diversidad de conocimientos, sino también en diversidad física. Por ejemplo, desarrollando dispositivos Poka-Yoke, o a prueba de errores humanos, para los no “expertos”, o diseñar un puesto de trabajo para adaptarse a las distintas estaturas de las personas. Si tengo un escritorio que es compartido, este debiese poder levantarse o bajarse, para adaptarse a la estatura de la persona. Lo mismo debiese suceder con la silla y así evitar posiciones no ergonómicas que afecten la salud y desempeño de las personas”.
“Si, por ejemplo, un trabajo implica cargar peso, la empresa tiene que ver cómo cualquier persona, sin importar su estatura, género o condición física, pueda hacerlo de manera segura y eficiente. Para esto, lo que hay que hacer a priori, es diseñar y definir, de manera clara y detallada, los puestos de trabajo para que puedan ser ejercidos por cualquier persona con las competencias. Sin importar su condición física o su género”, agrega el experto.
Lean Management en la minería
Uno de los ejemplos más concretos en que se puede ver cómo aporta en la diversidad de personas, es a través de Lean Minería, una de las áreas de expertise del equipo de Shinka Management.
“Por siglos la industria minera estuvo integrada sólo por hombres. Pero desde el fin de la Ley N°18.620 y con el paso de los años, la participación femenina se ha ido incrementando. Es aquí donde el Lean Management te apoya en la adaptación de los procesos haciendo visibles las diversas problemáticas. En primer lugar, te permite ver si los procesos se encuentran adecuados para ser desarrollados por mujeres. Reconociendo las diferencias físicas entre ambos géneros, no sólo en altura, sino que también en capacidad, partiendo por los elementos de protección personal. Es decir, contar con tallas adecuadas de guantes, vestuario y calzado. Además del hecho de la menor altura, es de extrema necesidad adaptar las herramientas y equipos. Para que así no exista un mayor riesgo o una dificultad o imposibilidad de ejecutarlo”, comenta Gustavo.
“A través de un análisis generado en el marco del Lean Management se facilita la generación de soluciones y estandarización de los procesos. Permitiendo no solo la integración femenina en la mano de obra, sino que también la inclusión de la diversidad de personas. Esto, sin importar su condición física, logrando también una mayor productividad, menores riesgos y un mejor clima laboral”, finaliza el experto.