Anomalías cardiacas, problemas de comportamiento, crecimiento deficiente y malformaciones faciales son algunos de los efectos que pueden aparecer por beber alcohol durante la gestación. El doctor Eduardo Faúndez, médico jefe de Ginecología y Obstetricia de Clínica Bupa Santiago, explica en detalle el impacto de esta sustancia en el embarazo, tanto para la madre como para el bebé, y cómo abordar este tipo de casos.
Diversos son los cuidados que debe tener una mujer al saber que está embarazada. Uno de ellos es evitar el consumo de alcohol por el daño que le genera al feto a medida que se desarrolla dentro del útero.
“Puede generar malformaciones cardíacas, renales y craneofaciales. Una de las manifestaciones más habituales es el labio superior plano. Además, están los Trastornos de Espectro Alcohólico Fetal (TEAF), que se refiere a un grupo de condiciones que pueden verse en alguien que estuvo expuesto al alcohol y que implica problemas de por vida, como inteligencia reducida, déficit atencional, desórdenes del sueño y trastornos de conducta”, explica el doctor Eduardo Faúndez, médico jefe de Ginecología y Obstetricia de Clínica Bupa Santiago.
Abstinencia total
De acuerdo con lo que explica el especialista, no existe una cantidad de alcohol inocua, por lo que la recomendación es la abstinencia total durante el embarazo. “Tampoco hay tipos de alcoholes mejores que otros. Para estos efectos el tomar una cerveza podría ser tan dañino como tomar whisky y en eso hay bastante desinformación”, añade.
Cuando una mujer embarazada bebe alcohol, éste viaja por la sangre y llega a los tejidos y los órganos del bebé. Se metaboliza mucho más lento en el cuerpo de un niño que en el de un adulto, por lo que el nivel de alcohol en la sangre del bebé permanece elevado por más tiempo que en la madre.
Cómo abordarlo
“Cuando encontramos una madre alcoholizada, hay que ofrecer un apoyo multidisciplinario: obstetra, matrona, perinatólogo, psiquiatra, psicólogo y trabajadora social, entre otros. De esta manera se puede conseguir reducir el riesgo de alto consumo. Pareciera estar bastante bien establecido el hecho de que, a mayor consumo, mayor riesgo de problemas con el bebé en el útero y en su vida adulta posterior, por lo que cualquier esfuerzo en reducir el consumo debe estar en el centro del apoyo ofrecido a estas madres”, sostiene el doctor Faúndez.