El libro “1987: Cuando Chile volvió a ser Mundial” escrito por los periodistas Mauricio Álvarez y Beto Arán, revela magnitud del logro deportivo, en medio de un agitado clima político y social que recibía a una cita planetaria tras 25 años de espera.
Para celebrar los 36 años desde su realización, agradecer a sus protagonistas y permitir que más lectores accedan a esta obra de investigación periodística, se relanzó el libro “1987: Cuando Chile volvió a ser Mundial”.
La obra relata la historia del cuarto lugar obtenido por la Selección Chilena Juvenil dirigida por Luis Ibarra y liderada por Luka Tudor, Camilo Pino, Guillermo Velasco, Raimundo Tupper, Luis Musrri y Fabián Estay, entre otros recordados futbolistas.
Desde México, el ex volante de la “rojita”, Fabián Estay, recordó que el certamen redundó en un significativo impulso para su carrera: “Después de 1962 que Chile no organizaba un Mundial. Y a nuestra generación nos tocó poder representar al país, donde llegamos en un cuarto lugar, que fue maravilloso. Hubo una conexión muy importante con la gente y una experiencia maravillosa haber participado en los cinco partidos. Fue un largo proceso de más de dos años, donde vivimos muchas cosas y en una edad compleja”.
En las motivaciones que encontraron sus autores para llevar adelante la obra “1987: Cuando Chile volvió a ser Mundial”, se encuentran elementos de interés periodístico, pero también factores de índole emocional. “El proceso de conexión con el libro, fue llevar mi memoria a la niñez y al Chile de los 80’. El vicecampeonato de la Copa América del mismo año, también ayudó a calentar el ambiente. Asimismo, ver la efervescencia desatada en el torneo fue muy conmovedor. Siento que escribir sobre aquello, es dar un justo valor a una historia que merece ser relatada”, explicó Beto Arán.
El libro, que puede ser adquirido en la tienda Qué Leo de Pedro de Valdivia y en el IG @mundialchile1987, aborda desde las negociaciones previa, hasta el desarrollo del Mundial. Asimismo, la relación tanto del plantel como cuerpo técnico con la selección adulta de Orlando Aravena, que luego protagonizaría el Maracanazo. De igual modo, ofrece un seguimiento a los jugadores más destacados y al destino de los chilenos luego del mismo.
Por último, también analiza al campeón del certamen, Yugoslavia: los problemas que tuvo para armar el equipo para viajar a Chile y lo que significó para ese país la obtención del título.
Y, por cierto, tampoco deja un lado el expectante momento político por el que atravesaba nuestro país. Escenario que llevó al régimen de Pinochet a prestar especial atención al desarrollo de la cita planetaria.
“Chile tuvo y tiene la capacidad de poder organizar un certamen mundial, como lo demuestra lo que hizo en 1962 y en 1987. Por eso resulta curioso que haya quedado fuera de lo que se va a realizar en el 2030 y que más encima priva a un país que ha sido uno de los padres fundadores de la Conmebol. Por eso es relevante la historia de 1987, porque demuestra la importancia de Chile a nivel sudamericano y mundial”, afirmó Mauricio Álvarez.
El torneo fue inaugurado el 10 de octubre con el duelo entre Chile y Yugoslavia, que ganó el equipo entrenado por Mirko Jozic y liderado por Robert Prosinecki, Davor Suker y Zvonimir Boban.